Cinco restaurantes para dar la vuelta al mundo sin salir de Madrid
Se puede dar la vuelta al mundo sin salir de Madrid y con el tenedor como única pieza de la maleta. La capital es cada vez más internacional, cada vez se parece más a ciudades como Londres o Nueva York, en las que podemos encontrar gastronomías de todas las partes del planeta. Cada vez más, personas de países increíbles deciden poner un pie en Madrid, y es que, la ciudad está de moda. Así que hemos hecho una selección de cinco restaurantes maravillosos para que des la vuelta al mundo sin salir de Madrid… Y sin pasaporte. Sólo con reservas para cenar.
Cinco restaurantes para dar la vuelta al mundo en Madrid
Le Chinois, China
Cuando Javier Chen abrió Le Chinois, en pleno María de Molina, decidió que este sería un restaurante de cocina tradicional china. Allí no es costumbre que haya manteles en las mesas e incluso que haya postre en la carta, porque en China no se come postre, pero exceptuando ese par de cosas, entrar en su restaurante es trasladarnos a la otra punta del mundo y a otra época: a la antigua China.
«Le Chinois te transporta a las calles de la capital de la Dinastía Qing del s. XVII», dicen. Su pato laqueado como lo hacen allí, su ensalada de oreja de Judas en vinagreta china, sus dim sums al estilo cantonés, de verdad; sus fantásticos arroces salteados, sus woks de verduras, sus tallarines… Como si estuviéramos en China de verdad.
Almounia, Marruecos
Almounia, en la madrileña calle Recoletos, te traslada a Marruecos con sólo poner un pie en su local. Y es que tardaron tres años en completar la obra. Es el mejor restaurante de alta cocina árabe de la capital. «Metafóricamente Al-Mounia es un ras–el-hanout, una mezcla de especias que reúne arte, tradición, gastronomía, sabiduría y buen hacer», explican. Abierto en 1966, lleva toda la vida haciéndonos disfrutar.
Su pastela, ese hojaldre con canela, sus fantásticos cous cous, el mechoui, el cordero asado a la brasa; tajín, a base de pollo y cordero… Su carta es deliciosa y cuidada, y su atmósfera es tan increíble que te lleva, verdaderamente, al norte de África.
Brasserie Lafayatte, Francia
Dicen los expertos de la Guía Repsol que Brasserie Lafayette es uno de los restaurantes franceses mejores de Madrid… Y su atmósfera nos recuerda mucho a cualquier terraza de París. La decoración y la carta es fruto del trabajo de Sébastien Leparoux. Dicen que es una brasserie francesa… Pero no solo para franceses. Si hay muchas personas del país vecino en el restaurante, sin duda, es una buena señal.
De su carta destaca su deliciosa sopa de cebolla, también tienen su versión de verano, sus ostras francesas, ratatouille con parmentier ligera de verano, carpaccio de quisquillas, merluza lorraine, raya a la meunière, magret de pato label rouge l’orange… ¿Lo mejor? Que adaptan sus platos franceses, contundentes, a la nueva temporada haciéndolos un poco más ligeros. Perfectos para disfrutar en su terraza. Bon appétit!
Nunuka, Georgia
La comida georgiana ha pegado fuerte en Madrid y el restaurante que ha desbancando a todos los demás es, sin duda, Nunuka. Ubicado en el barrio de Chueca, esta coqueta brasserie siempre está llena. Y no nos extraña: porque la comida georgiana es divertida, original y deliciosa. Su carta de vinos, por supuesto, también es de Georgia.
Entre sus platos destaca el khachapuri, el bocado georgiano por excelencia, un pan horneado al momento relleno de queso. Su riquísima berenjena rellena de pasta de nueces en salsa ligera de leche de coco y almendras; El kharcho con elarji, un suave guiso de gambas con queso, maíz y salsa
tradicional de nueces o los khinkali, masa rellena cocida y deliciosa. Uno de los platos más típicos de la comida georgiana.
Farah, Líbano
Acabamos la lista de restaurantes para dar la vuelta al mundo sin salir de Madrid aterrizando en el Mediterráneo, concretamente en el Líbano. Y aquí hablamos de Farah, restaurante ubicado en La Latina en los que es prácticamente imposible encontrar mesa. Heba Kharouf, su dueña, es de Abu Dhabi. Y cambió su cómoda vida en los Emiratos porque quiso acercarse a sus raíces, y lo hizo a través de la cocina.
Encontramos recetas de países del Mediterráneo: Turquía, Siria, Jordania, Palestina… Y está muy presente el Líbano. Encontramos hummus, babba ganoush, muhammara, pero también otros platos más originales que han llamado la atención de los paladares más críticos de la capital. Heba Kharouf empezó realizando cenas clandestinas en su casa… y en Farah, su restaurante, ha querido recrear con la decoración lo mismo. Entrar en Farah es, en realidad, entrar en su casa.