Poca presentación requiere Trapa, la icónica firma de chocolate fundada en 1891 y responsables de los primeros bombones españoles. Sus cortados han sido objeto de deseo todo el año, aunque especialmente en Navidad seguro que a muchos les despierta nostálgicos momentos. Frecuente compañero en toda familia española, es esta Navidad el mejor momento para rendirle homenaje, pues Trapa celebra, nada menos, que 130 años de historia.
Fundada en 1891 por los monjes trapenses de San Isidro de Dueñas (Palencia) y tras pasar por varios dueños, desde el 2013 una familia de origen palentino se encarga de seguir creando estos objetos de deseo. También de ampliar su catálogo y de haber conseguido multiplicar sus ventas por diez.
Un paseo por la historia
Los orígenes de la firma chocolatera se remontan al invierno de 1891, cuando 35 monjes cistercienses, pertenecientes a la orden de la Trapa, se instalaron en los parajes palentinos y empezaron a hacer chocolate según los procesos tradicionales.
«Los monjes trapenses viajaron a Centroamérica con Hernán Cortés y se trajeron el conocimiento del chocolate», cuentan desde Trapa. En 1891 se instalarían en el lugar donde está hoy nuestra fábrica. De hecho, eran monjes de clausura que abrieron su propia fábrica, pero la venderían al poco tiempo».
Llegarían los años 60 cuando esa fábrica acogería la creación de los primeros bombones que se hicieron en España: los icónicos Cortados de Trapa, de forma cuadrada. Un emblema junto a los también míticos Bombonísimos, presentes en la memoria colectiva de todos españoles.
Ni siquiera una época oscura que haría terminar a la empresa en concurso de acreedores provocó su desaparición. Es más, cual ave fénix, tras varios cambios de propiedad, en 2013 la empresa fue adquirida por una familia palentina que quiso invertir en su tierra con el fin de convertir Chocolates Trapa en una de las empresas más modernas, dinámicas y significativas del sector. Y desde luego que lo ha conseguido.
«Por razones sentimentales se apostó por reflotar la marca», cuentan desde Trapa. Una inversión de 30 millones de euros llevó a la empresa chocolatera a estar más presente que nunca en España, pero también a convertirse «en la fábrica más moderna de España y la cuarta de Europa«, aseguran.
Nuevos pilares
No muchas empresas sobrepasan el cententario, le comentamos al actual vicepresidente de Chocolates Trapa, Rubén Fernández Calvo, que, sonriente, también recuerda como «los bombones Cortados de Trapa siempre estaban presentes en nuestra casa y nos acompañaron durante muchos momentos felices de nuestra infancia». ¿Cuál es el secreto del éxito? «Trabajar mucho y la gran ilusión que todos hemos puesto en este proyecto para reconstruir la marca. Para nosotros Chocolates Trapa tiene un significado muy especial porque somos palentinos y siempre ha formado parte de nuestras vidas», contesta.
Innovación, estilo y compromiso medioambiental son los tres pilares que definen Chocolate Trapa en este siglo. Apostando por las últimas tecnologías y por ajustarse a las nuevas tendencias, la empresa no solo se ha lanzado al e-commerce, sino que ha llevado a engrosar su porfolio hasta alcanzar las 290 referencias –de las cuales 60 se han lanzado en los dos últimos años–. En su catálogo no faltan productos que son 100 % libres de gluten, una gama de chocolates 0 % azúcares añadidos o con Stevia y se han adentrado en el mundo de los turrones, tabletas y bombones sin lactosa. De hecho, acaba de lanzar los primeros bombones y el primer turrón del mercado sin lactosa. Y aún faltan sorpresas por venir, como nuevas gamas de tabletas 0 azúcares, que hoy posee cuatro referencias.
Además, todos sus chocolates están libres de aceite de palma, grasas hidrogenadas y ácidos grasos trans «con el objetivo de frenar la deforestación y mantener la biodiversidad». Preocupados por el medioambiente, la casa ha puesto en marcha su proyecto Plantando futuro contigo, mediante el cual reforestarán diferentes zonas de España con 10.000 árboles que, cuando alcancen la edad adulta, serán capaces de absorber una media de 50.000 toneladas de CO2 al año.
Y, por supuesto, calidad. «Tenemos unos trabajadores con conocimiento de la materia. Además, las materias primas son de primera calidad: el cacao se importa, pero utilizamos siempre que podemos producto de proximidad. Por ejemplo, las almendras para el turrón provienen de la cuenca Mediterránea».
Un caso de éxito
Desde que hace ocho años iniciara una nueva etapa de la mano de una nueva propiedad de capital 100 % español, Trapa ha experimentado un crecimiento paulatino hasta casi multiplicar por diez sus ingresos: en 2013 la facturación fue de 1,5 millones de euros y en 2020, de 14 millones de euros, cifra récord para la marca a pesar de la pandemia. En 2021 espera cerrar el ejercicio superando los 16 millones de euros de facturación, lo que supone que continúa con la tendencia de seguir creciendo a doble dígito año tras año.
Orgullosos de su presencia mundial en el mundo del cacao, son conscientes de que «estamos en un mercado de gigantes. Pero si sacas las multinacionales, en España nos quedamos tres». Ocupando el número 13 en ranking sobre productores de cacao y derivados según Alimarket, saben que ese crecimiento no ha hecho más que empezar.
Porque es el chocolate «un producto de indulgencia. Puede que esté criminalizada el azúcar u otros productos industriales, pero el chocolate se ha incluido, por ejemplo, siempre en las dietas«. Además, sus datos reflejaron un aumento importante durante la pandemia y la Navidad les ha llevado a trabajar en turnos completos para satisfacer a una clientela que, bien sabe, no puede llegar a Navidad sin caer rendido a este clásico cumpleañero.
Top navideño
Sus Bombonísimos, turrones y cortados conforman el Top 3 de compras navideñas. Pero los más sibaritas encontrarán en sus estuches un regalo perfecto.