Menorca es la isla del poc a poc. En la mente de muchos las bellísimas playas del sur: Mitjana, Macarella, Turqueta… Pero Menorca es mucho más, son sus playas rojas del norte, sus pueblos del interior y sus campos verdes. Siendo el Monte Toro el más alto, y no demasiado, la isla más al norte de las Baleares también se puede disfrutar teniendo lejos el mar. Es fácil encontrar el silencio en muchos de los magníficos agroturismos que encontramos de norte a sur y de este a oeste. Yendo hacia al sur, de camino al antiguo cuartel de Llucalari, encontramos el último hotel rural de lujo que acaba de abrir sus puertas. ¿Su nombre? Cap Menorca.
En un acantilado
Ubicado en una finca de treinta hectáreas de vegetación, donde predominan los olivos, los pinos y las palmeras, Cap Menorca disfruta de unas magníficas vistas a Mallorca, a lo lejos. Se encuentra en lo alto de un acantilado. Su dueño, el mismo dueño de Faustino Gran, uno de los mejores hoteles de Ciutadella, sabía que la ubicación de este hotel no podía ser más epatante. No es fácil encontrar un lugar con tan buenas vistas en la isla.
Hotel rural de lujo
Cap Menorca es un Relaix & Chateaux, como su hermano mayor, porque tiene todos los servicios de un hotel de cinco estrellas. Suites con piscina privada, servicio de masajes, un servicio de restauración excepcional y actividades para disfrutar lo mejor de la isla. Un paseo en barco es una de ellas. El agua del Mediterráneo es una de las mejores ubicaciones para disfrutar del relieve de Menorca.
Concepto boutique
Este antiguo edificio de pasado militar es un concepto boutique, ya que solo encontramos quince suites con todo lujo de detalles. En todas ellas se respira ese espíritu Mediterráneo propio de la isla, pero cada una de ellas tiene su propia personalidad. Interiores cálidos y preciosos jardines privados para palpar con los pies, nada más levantarnos en nuestra habitación, la frondosidad natural de la isla.
Lujo relajado
Aquí invitan al lujo relajado. Ya sea en cualquiera de las habitaciones -hay una más retirada, si se quiere privacidad-, como en los rincones del hotel que invitan a la lectura. La zona de desayuno se encuentra junto a la piscina, y cada mañana es un bufé de productos locales que nos sigue recordando a la isla. Para cenar, vistas al mar, en una mesa compartida o en la intimidad de la habitación. Su carta, que va cambiando, tiene muy presente los sabores de la tierra en la que está.
Porque Menorca no es solo Ciutadella, no es solo la noche de San Juan, la isla es su campo, sus acantilados, sus pueblos de interior. Mahón y sus alrededores. Su gente y su manera de vivir. Y estos hoteles rurales de lujo que surgen en Menorca demuestran que el silencio más allá de lo más turístico es, en realidad, el souvenir más valioso. Cap Menorca es uno de esos hoteles nuevos que respetan el lugar en el que están. Eso es lo que hace diferente a esta isla mágica. Y esto es lo que hace singular este lugar.