Cuantas veces hemos visto fotografías sobre destinos de lo más exóticos y apetecibles, pensando donde estarán. La mayoría de las veces pensamos que están en otros continentes, pero no y eso nos enseña que nuestro continente tiene una belleza histórica y unos paisajes vírgenes. A poco más de tres horas en avión, nos encontramos uno de los destinos desconocidos del continente, un lugar con una historia que habla a través de su arquitectura y su gastronomía, Budapest. La capital de Hungría nace de la unión de Buda y Pest, dos ciudades que estuvieron separadas hasta 1873 y que se unieron en ese año para conformar una de las capitales europeas más importantes de nuestro tiempo. La descripción perfecta de la ciudad es la belleza de lo decadente, porque a diferencia de las ciudades de países vecinos como Viena, Bratislava o Praga, donde se nota que los edificios están reformados, limpios y nuevos, en Budapest ocurre todo lo contrario y los edificios, palacios y calles se presentan antiguas, llenas de magia. Es el destino perfecto para hacer una corta escapada y visitar Budapest en 72 horas.
- ¿Hungría con niños? El parque acuático más espectacular de Europa
- Así es la Casa de la Música de Budapest
Hemos preparado una ruta inigualable, donde podrás vivir lo ecléctico en clave local e histórica.
Hoteles
Aria Hotel Budapest
A tan solo 5 minutos de la ópera estatal y 100 metros de la Basílica de San Esteban, la más grande del país con capacidad para 8.500 personas. El ambiente de su decoración se inspira en la música y cada suite está decorada con un motivo diferente.
La ecléctica decoración sobre sus espacios aporta color y una esencia viva de la personalidad del hotel. Además, cuenta con una azotea que ofrece vistas panorámicas al centro de la ciudad, una experiencia incomparable.
Áurea Ana Palace
Otro de los exclusivos hoteles del enclave de la capital que, en esta ocasión, conserva los elementos históricos en su interior. Cercano al parlamento nacional y la ópera, su interior conserva aires clásicos, pero con una actualización que se impone. Con una decoración muy sobria, sus suites están decoradas de forma cálida, con elementos de mármol para calificar su exclusividad. Su sauna, el espacio de spa y el hamman, marca ese punto descanso diario.
Matild Palace
En las inmediaciones hay varios lugares de interés, como la plaza Blaha Lujza, el Museo Nacional de Hungría y el Museo de Historia de Budapest. Su estética clásica y modernista, esconde un interior que respira exclusividad allá por donde miras. Las vistas sobre las suites están servidas y los elementos de mármol se impregnan en su diseño. Su bar es el espacio perfecto para tomar unos cocteles y relajarse con una buena conversación. Una de las instancias idóneas para vivir Budapest en 72 horas.
Restaurantes
Textura Ettereum
Es uno de los restaurantes de comida fusión más reconocidos de la ciudad. Recomendado por la guía Michelin. Describen su cocina como algo innovador y divertido, buscan que la experimentación sea algo positivo y que se transforme en un sabor único por cada bocado. Su cocina se desarrolla a través de técnicas antiguas, con métodos más actuales como el ahumado confitado sobre muchos ingredientes del plato.
Spago
Con uno de los chefs más reconocidos a nivel mundial al frente, Wolfgang Puck, al frente del mismo, estamos seguros de que cualquier plato que degustemos va a ser superlativo. Su ubicación en Budapest está situada en el impresionante Matild Place. Desde un nuevo y creativo menú de sushi hasta cócteles de primer nivel, su gastronomía es algo innovador y, estamos seguros de que no has probado nada igual antes.
Costes
Siendo el primer restaurante de la ciudad en conseguir una estrella Michelin, en el año 2016, fue el que abrió las puertas a la gastronomía de fusión y a la experimentación culinaria. Las creaciones que el chef lleva a cabo no son solo un deleite para el paladar, sino que también tienen intención de conquistar la mirada. Mezclan los clásicos ingredientes continentales con otros más únicos como el caviar o la trufa negra. Imprescindible para descubrir Budapest en 72 horas.
