Quien cree en San Valentín piensa en bombones. Redondos, cuadrados, con forma de corazón o de pajarita… Hay para todos los gustos. Hay hasta bombones que nacen de una historia de amor, como nació la leyenda del propio San Valentín, como son por ejemplo, los chocolates belgas Guylian, míticos por sus formas de conchas y caracolas de mar.
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Foto: Guylian
Guy Foubert, nacido en 1938 en Sint-Niklaas, era un apasionado chocolatero belga. Cuando Guy y su prometida Liliane volvieron a casa un buen día tras unas relajantes vacaciones en la costa belga, se les ocurrió la idea de hacer un recuerdo en chocolate.
Y la historia del famoso chocolate Seashell de Guylian comienza aquí. Liliane participa en el diseño y el marmoleado en chocolate blanco, con leche y negro, de las 11 formas únicas de Seashell, mientras que Guy se dedica por completo al relleno de praliné de avellana.
Cuando Guy se casa con Liliane en 1958, inmortalizan su amor y su pasión por el chocolate fusionando sus nombres de pila en Guylian, y es cuando nace una nueva marca de chocolate. Hoy en día, una de las mejores del mundo.
Este año, esta firma propone las cajas regalo de Guylian, con las puedes sorprender a tu pareja y a tus amigos regalando bombones de comercio justo para estos día de San Valentín.
Contienen bombones en forma de corazón con 100% de ingredientes de origen natural y sin aceite de palma ni soja. En su interior, el famoso relleno artesanal de praliné de avellanas.
Los bombones y chocolates de La Duquesita se elaboran con cacao de la mejor calidad Grand Cru. El resultado son unos bombones y trufas finísimos y elegantes. Un delicado y exquisito regalo perfecto para estos días de celebraciones amorosas.
El famoso repostero Oriol Balaguer, al frente de La Duquesita, los elabora a diario en su obrador de la calle Fernando VI de Madrid con el mejor chocolate. Un clásico que no falla.
La Duquesita, abierta por primera vez en 1914, cerró en junio de 2015 tras más de cien años de historia pastelera en Madrid. Oriol Balaguer reabrió la tienda con los mostradores, vitrinas y espejos originales que fueron rehabilitados y su gran lámpara central. Una bombonería con solera, sin duda.
Unas pistas. La Duquesita propone trufas de sabores más tradicionales como la de ron, whisky, dulce de leche o chocolate salado y los bombones que más triunfan son el de avellanas, naranja y anís y chocolate al 70%.
Especiales y con solera son también los de La Pajarita, la bombonería más antigua de Madrid gestionada actualmente por la sexta generación de la familia Aznárez.
Para quien busque un detalle especial para regalar en esta ocasión hay distintas cestas, cajas de chocolate surtidas y artísticos objetos de regalo.
Para acertar con el regalo del amor, otra propuesta muy recomendable. Un clásico establecimiento en la calle Serrano de Madrid donde también encontramos exquisitas cajas: la bombonería Santa.
San Valentín
Dicen que es una festividad de origen católico que se celebra anualmente el 14 de febrero como conmemoración de las buenas obras realizadas por San Valentín de Roma, relacionadas con el concepto universal del amor.
¿Bombones por San Valentín: por qué?. Son el dulce testimonio de mostrar amor hacia alguien. Desde el punto de vista popular la fiesta de San Valentín es interpretada como una oportunidad de celebrar el amor y el cariño, independientemente de la religión que se profese.
Según la tradición, existía un sacerdote cristiano, llamado Valentín, que casaba en secreto a los soldados que estaban enamorados y tenían prohibido casarse mientras fueran soldados del ejército romano.
Cuentan que estas bodas secretas llegaron a oídos del emperador romano Claudio III, que mandó arrestar a Valentín, y lo condenó a muerte. Durante los días que pasó encerrado en su celda, a la espera de su final,Valentín se enamoró de la hija del carcelero, Julia.
Y , al parecer, Valentín le mandó a su amor una carta antes de ser ejecutado, en el que aparecía el texto “Tu Valentín” como forma de despedida. Después de la ejecución, Valentín fue considerado un santo y su historia se difundió contribuyendo a crear el mito que relaciona a San Valentín con el amor.
Probablemente regalamos bombones en San Valentín porque tienen un sabor dulce y gratificante. Y es además un hábito, una manera de evidenciar lo mucho que queremos a los demás. Está además científicamente demostrado que el consumo de chocolate, gracias a la serotonina que contiene el cacao, estimula la producción de endorfinas en el cerebro, que son los neurotransmisores responsables de la felicidad.
