La alcaravea es una especia de sabor ligeramente picante que se emplea mucho en cocinas tradicionales como la manchega y por ello, no es de extrañar que este fuera el nombre elegido por los hermanos Olmo para bautizar al grupo gastronómico al que dieron vida hace ya 20 años. «En 2001 creamos Alcaravea junto a mi hermano Óscar, mi hermano Andrés y mi hermana María. Somos en total cuatro hermanos de ocho. De hecho, uno de los locales del grupo se llama ‘Cuatro de Ocho’ porque está montado entre los cuatro que nos dedicamos a esto, de los ocho que somos», nos cuenta César Olmo, uno de los CEO del grupo gastronómico que nos recibió en uno de sus buques insignia, el restaurante Olmo, para poder profundizar sobre este próspero negocio al que le ponen alma y en el que están implicados en cuerpo y alma. Con actualmente 6 restaurantes en su haber, desde el primer momento esta familia se tomó en serio el popular dicho del refranero español que dice eso de que «donde manda patrón no manda marinero» y por ello, nuestro entrevistado nos se preocupó por dejarnos más que claro que el secreto del buen funcionamiento de Alcaravea se debe principalmente a la férrea implicación de todos ellos. «La calidad, trabajo y perseverancia han sido la clave de seguir en pie tantos años. Porque al final, si te crees que todo está hecho y dejas de trabajar, pues tampoco sirve de nada».
Hoy, comemos en Olmo y descubrimos desde dentro todo sobre Alcaravea el grupo gastro de alma manchega que aúna vanguardia y tradición. ¡DALE AL PLAY y no te lo pierdas!
Sin creer «en los pelotazos» y con valores claros como el esfuerzo diario por bandera, es fascinante poder comprobar la dedicación absoluta que esta familia tiene con Alcaravea. «Lo trabajamos, estamos en los restaurantes todos los días damos el servicio de comidas y cenas y vamos. Lo que decimos siempre es que somos camareros ‘bien pagados’ cuando estamos bien pagados, porque ha habido épocas en que hemos estado bastante mal», asegura destacando que no todo en estas dos décadas ha sido un camino de rosas.
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«La calidad, el trabajo y la perseverancia han sido la clave de seguir en pie tantos años. Porque al final, si te crees que todo está hecho y dejas de trabajar, no sirve de nada»
«Técnica, productos, TRADICIÓN y modernidad son LOS elementos CLAVE que imperan en nuestros restaurantes»
Olmo, una de sus grandes apuestas gastro
El restaurante Olmo, situado en Madrid en la calle Ferraz 5, es una de las apuestas más nuevas del grupo Alcaravea. Un espacio en el que tuvimos la dicha de poder disfrutar, no solamente de su impecable gastronomía en la que «Mediterráneo, la tradición, los orígenes, la estacionalidad, la cercanía, la calidad y la experiencia, entre otras muchas cosas, se comen», aseguran desde el grupo Alcaravea.
Un coqueto restaurante en el que disfrutar de deliciosos platos y de su exquisito interiorismo que incluye que muchas de sus paredes ‘hablen’ y nos regalen versos de grandes como Antonio Machado que no hacen más que amenizar la comida o la cena en Olmo.
«La cocina tradicional y de mercado es nuestra esencia. El mejor condimento: una pizca de renovación»
Un grupo con gastronomía tradicional con toques de vanguardia
«En nuestros restaurantes, al final no dejamos de hacer una cocina tradicional, con algunos toques de innovación. Lo que pesa en nuestra cocina es el producto y la materia prima. Sin complicarlo demasiado, intentando no parecer una carta, ahora mismo se tira mucho cartas muy clónicas. Intentamos salirnos un poquito de eso, que sea cocina más de toda la vida la que te apetece repetir siempre», explica César Olmo con orgullo porque sabe que tantos años después continúan siendo fieles a sus ideales y no han caído en hacer lo que dictan las tendencias.
Interiorismo exquisitamente cuidado
Pero la buena comida no es lo único que preocupa a los 4 hermanos que dirigen Alcaravea ya que también, sus locales destacan por su diseño de interiores y en concreto Olmo, donde realizamos la entrevista con César, posee unos espacios exquisitos. «Cogimos el restaurante justo antes de empezar la Pandemia y entonces, tuvimos tiempo para darle muchas vueltas. Luego, la interiorista Marisa Gutiérrez nos ayudó muchísimo con estoy bueno, a la vista está resultado. Es un sitio que tiene muchísima alma desde el minuto uno».
