Mayoral, la galería de arte fundada en Barcelona y especializada en arte de posguerra, acoge en su sede de París, la exposición Zóbel-Chillida, Caminos cruzados. Comenzó a exhibirse el pasado 12 de septiembre de 2020 y se prolongará hasta el 9 de enero de 2021. Presenta una selección cuidada de óleos de Fernando Zóbel (1924–2002) y esculturas de Eduardo Chillida (1924-1984), mostrando con claridad los vínculos vitales y creativos entre ambos artistas.
Un diálogo clave
Fernando Zóbel y Eduardo Chillida nacieron en el mismo año, en 1924. Sin embargo, no se conocerán hasta 40 años después, es decir, en 1964. Este encuentro se produce porque Zóbel encarga al escultor una obra para su Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.
En la muestra de la galería Mayoral, cuyo comisario es el historiador de arte Alfonso de la Torre, se descubre el diálogo entre dos figuras clave de la posguerra y se conjuga la faceta lírica del pintor y la escultura informal del otro creador. “Es un reencuentro entre artistas”, asegura De la Torre.
Los artistas
Zóbel nació en Manilla, una ciudad de Iowa (Estados Unidos), aunque sus padres eran españoles. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Harvard, y se sumergió en el arte de forma autodidacta. En 1955 se topa con el estilo de Rothko (uno de los máximos representantes de la abstracción americana) en una exposición realizada por The Art Institute of Chicago. Este hecho será el que propicie un giro definitivo en su obra hacia el mundo de lo abstracto. Gesto, línea y dibujo, junto a una búsqueda verdadera de la luz, definen el estilo de este pintor, que ha participado en grandes exposiciones internacionales.
Llegará a España en 1960 para instalarse definitivamente, a la par que continua con su trabajo. En 1959 expone por primera vez en la Galería Biosca de Madrid, cuya directora, Juana Mordó, acabaría siendo su galerista acreditada. Al margen de sus creaciones, consiguió abrir en Cuenca en el año 1966, el Museo de Arte Abstracto Español.
En ese mismo año, que el Zóbel se instala en nuestro país, el autor de San Sebastán, Chillida, ya es conocido internacionalmente, sobre todo en Francia, donde se queda a vivir en el año 1948. En un principio trabajó el yeso y la piedra, hasta que en 1951 incorpora el hierro como material escultórico. De hecho, en 1956 presentó sus esculturas de hierro en la Galeria Maeght, en donde expondría varias veces. Participa también en diversas exposiciones, y a partir de 1959 incorpora otros materiales a sus creaciones: la madera, el hormigón, el alabastro y el barro.
En el año 2000, el artista inaugura el museo Chillida Leku en Hernani, que fue reabierto al público recientemente, en abril de 2019.
La fusión
La Galería Mayoral muestra en Caminos cruzados, unas esculturas monocromas y minerales de Chillida con superficies agrietadas, incisas de líneas, o cubiertas de signos que acechan la luz, respondiendo de este modo a las pinturas poéticas de Zóbel, cuyos trazados y grafos escandidos permiten que la luminosidad invada el lienzo. Ha tratado de unir en un “diálogo íntimo” a estas dos figuras, que ante todo, pretendían estimular la visión a través de su arte.