Hablar de Richard Avedon es hablar de fotografía del s.XX. Cuando murió el 1 de octubre de 2004, el New York Times le rindió homenaje en sus páginas escribiendo que las fotografías y retratos de Avedon habían «ayudado a definir en Estado Unidos, durante el último medio siglo, la imagen de belleza, elegancia y cultura«. Fotógrafo neoyorkino de moda, retratista y ensalzador de la naturalidad, un revolucionario elegante cuyas obras se exhiben hasta finales del próximo mes de enero en el Palacio Real de Milán, en una exposición titulada ‘Richard Avedon: Relaciones’. A través de 106 imágenes, la muestra hace un recorrido por su impecable carrera.
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Las fotografías de Richard Avedon tienen un denominador común: el de «engrandecer al humilde y humanizar al poderoso». Era conocido por agotar a sus retratados en largas sesiones con el objetivo de que se relajara. Así es como lograba inmortalizar la imagen más sincera de las personas.
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En una ocasión el fotógrafo confesó que a menudo sentía que la gente acudía a él «para ser fotografiada como irían a un médico o a una adivina, para averiguar cómo son; para mí, las fotografías tienen una realidad que la gente no tiene».
Las obras que se exponen en el Palacio Real de Milán permiten explorar los aspectos innovadores del arte de Avedon durante su carrera. «Por un lado, revolucionó la forma de fotografiar a las modelos convirtiéndolas en actrices de un set en lugar de sujetos estáticos, mostrando su lado humano; y por otro, están los retratos en blanco y negro de celebrities que revelan su lado más psicológico«, explican responsables de la exposición.
Sección Versace
Toda una sección está dedicada a la colaboración entre Avedon y Gianni Versace, que comenzó con la campaña de la colección primavera-verano de 1980.
«El trabajo de Richard para Versace muestra cómo la relación que a veces se crea entre un diseñador y un fotógrafo puede producir imágenes que ocupan una dimensión atemporal, yendo mucho más allá de los límites estacionales de la moda», detallan desde la Fundación del fotógrafo.
Retratista de almas
Linda Evangelista, Claudia Schiffer, Kate Moss, Christy Turlington… fotografió a todas las top models de los 90. Cuando las observaba a través de su objetivo buscaba la intensidad de cada una de ellas. «Cuando posas, lo haces detrás de una sonrisa que no es la tuya. Tú tienes rabia, hambre… estás vida». Hacía retratos tan intensos como las personas.
También retrató a Marilyn Monroe y a Audrey Hepburn, a quien admiraba profundamente. «Siempre estaré devastado por el don de Audrey Hepburn para estar delante de la cámara. No podía hacer que fuera aún más maravillosa. Ella ya lo era. Solo podía documentarlo. No había manera de ir más allá de quien ya era. Ella había conseguido ser su retrato definitivo».