Al igual que está sucediendo con otros icónicos museos del mundo, el Museo Nacional del Prado se está sumergiendo en la aventura de acercar, aún más, la experiencia de los visitantes al arte. Por primera vez, este célebre museo ha ido un paso más allá y ha creado una relación olfativa con la pintura.
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Concretamente, se trata de la muestra ‘La esencia de un cuadro. Una exposición olfativa’. En esta ocasión, la mirada no es la protagonista a la hora de disfrutar de los cuadros. El olfato gana protagonismo gracias al patrocinio tecnológico de Samsung y la colaboración especial de la Fundación Academia del Perfume y la tecnología olfativa ‘AirParfum’ desarrollada por Puig.
El popular perfumista Gregorio Sola ha creado 10 fragancias relacionadas con elementos presentes en la obra ‘El Olfato’. Esta creación forma parte de la serie de ‘Los cinco sentidos’ que Jan Brueghel el Viejo pintó en 1617 y 1618. Además, las figuras alegóricas que aparecen fueron realizadas por su amigo Rubens.
Esta mítica obra evoca el jardín de árboles y plantas singulares que Isabel Clara Eugenia y su marido tenían en Bruselas a principios del siglo XVII. Se representan más de 80 especies de plantas y flores, animales relacionados con el olfato, como el perro sabueso o la civeta, y diferentes objetos vinculados con el mundo del perfume, como guantes perfumados, recipientes con sustancias aromáticas, un ambientador que se calienta en un lujoso brasero y alambiques para destilar las esencias.
En este sentido, el perfumista Sola ha seleccionado de esas 80 especies florales solo 10. Esas representativas fragancias se pueden oler a través de los difusores que están ubicados en los monitores táctiles de Samsung gracias a la tecnología ‘AirParfum’ de Puig.
PERFUMES
- Alegoría: nos invitará a detener la mirada sobre el ramillete de flores que huele a esa figura alegórica. Una combinación de rosa, jazmín y clavel. Las delicadas notas del clavel aportan volumen y sensualidad al ramillete.
- Guantes: reproduce el olor de un guante perfumado de ámbar según una fórmula de 1696. En aquellos tiempos, las élite perfumaban sus guantes para ocultar el olor al curtido. Esta fragancia consiste en resinas, bálsamos, maderas y esencias de flores.
- Higuera: nos animará a reconocer esta planta en la escena gracias a su icónico olor vegetal, húmedo, verde y refrescante de la planta en un día de verano.
- Flor de naranjo: dirigirá nuestra atención hacia los alambiques que se utilizaban para destilar este producto. A ella se suma el jazmín, rosa, lirio, narciso y nardo.
- Civeta: un olor intenso a animal. Este lo han querido incluir porque la civeta es el fijador que se usaba para prolongar en la piel o en un objeto el perfume.
Esta revolucionaria aventura la puedes ver y oler, hasta el 3 de julio, en la sala 83 del edificio Villanueva del Museo del Prado en Madrid.