La Casa de la Panadería acoge en su Sala de Bóvedas ‘Identidad en tránsito’, una muestra del pintor murciano Pedro Cano hasta el próximo 4 de febrero de 2022. El artista, que ya a sus 11 años apuntaba maneras, ha expuesto en diferentes ciudades europeas y americanas. Además, por si fuera poco, los reconocidos: Museo Vaticano, Galleria degli Uffizi y Meadows Museum en Dallas cuentan con obras suyas para disfrutar durante tu visita.
Con motivo de la presentación de su exposición en Madrid, hemos podido hablar con él y conocerle un poco más.
Un cuadro con un significado especial
Durante una visita a la exposición con el pintor, él mismo contó una de las anécdotas que más han marcado su trayectoria como profesional y que denotan la importancia del arte en la vida. Esta colección, pintada en la ciudad italiana de Bari, cerca de Roma, está inspirada en la llegada masiva de inmigrantes albaneses a la misma en 1991. Una vez terminada esta muestra, una señora se acercó a Pedro y le preguntó ciertos datos sobre la figura reflejada en el cuadro.
Por dónde solía caminar este hombre, en qué fecha se hizo el boceto del cuadro, cómo era su forma de caminar…Tras obtener las respuestas, la mujer resultó reconocer a su marido fallecido en este precioso cuadro del artista murciano.
Hablamos con Pedro Cano
P: Nos encanta saber y conocer el punto de partida de cualquier historia. En este caso, ¿cuál es el origen de ‘Identidad en tránsito’? ¿Por qué ese nombre?
R: Esta exposición está compuesta por 20 óleos sobre lienzo de gran formato en los que se representan figuras humanas de espaldas, ‘sin identidad’. Desarrollé estas obras inspirado por la primera llegada masiva de migrantes albaneses a la ciudad italiana de Bari, en el verano de 1991. Las imágenes del desembarco de los 18.000 inmigrantes, hacinados en pleno mes de agosto en pésimas condiciones, llenaron los telediarios y los periódicos de aquellos días y me provocaron una honda impresión. Por entonces residía en Italia.
Más de una vez desde ese momento, a la salida del metro de Roma, me pregunté si algún viajero de aquel buque no sería la persona de espaldas que andaba delante de mí. Fue así como comenzó a dar cuerpo a una serie de trabajos en los que expresaba la idea de que una figura de espaldas es siempre una incógnita, ya que no sabemos qué carga de alegrías o dificultades lleva consigo.
P: ¿Qué supone en su trayectoria profesional como artista esta muestra? Es decir, ¿en qué momento cree que se encuentra actualmente su pintura dado su recorrido hasta el momento?
R: He estado mucho tiempo sin pintar figuras, pese a que ellas eran las protagonistas de mis primeras exposiciones. Sin embargo, la llegada de los albanos a Italia, un hecho que fue muy importante, me obligó prácticamente a hacer un trabajo en el que la figura fuese el eje fundamental de toda la obra. Aquel trabajo hizo mella en mí, y aunque sigo pintando (no solo figuras, también paisajes) realmente lo que hago siempre está muy unido al ser humano. Por ejemplo, la última exposición que tengo en Cartagena, en el Teatro Romano, es sobre los teatros griegos y romanos y aunque las imágenes que vemos son sobre los teatros que hay desde Libia, Turquía, Italia, Egipto… ¿cómo no va a pensar uno al estar delante de una cosa de este tipo que es el hombre el que ha creado estos elementos? Por eso, podría decir que mi pintura siempre está relacionada con el ser humano. Incluso las obras en las que reflejo flores y frutos, son las flores y frutos que trabajamos para que crezcan y vivan.
P: Nos encanta interpretar las obras, y saber qué historia esconde cada una de ellas. ¿Qué mensaje se pretende trasladar al visitante?
R: Lo importante es que pensemos que alrededor de nosotros pasa una cantidad de vida enorme y, precisamente, por la prisa, por la incomprensión, porque pensamos demasiado solo en nosotros, no nos damos cuenta de la cantidad de alegría o de dolor que hay en mucha gente y que, de cualquier modo, sería importante, si no compartirlo, por lo menos reconocerlo.
P: ¿Futuros proyectos en mente?
R: En este momento estoy preparando unos trabajos sobre la sombra. He trabajado mucho sobre la luz y ahora estoy intentando afrontar nuevos asuntos sobre la sombra.
P: Llegados a este punto, ¿cómo definiría su estilo? ¿Cuál es la técnica que más lo define?
R: Hablar de estilo en el siglo XXI yo creo que es complicado, porque somos una especie de amasijo o montaña de cosas que han sucedido. No solo en el ámbito de la pintura, también en el mundo del cine, de la televisión, la performance… la pintura recibe influencias de muchas cosas. Mi pintura es figurativa, pero yo trato de que la gente que se sitúa delante de mis cuadros pueda reconocer lo que ve, pueda dialogar con lo que ve. La técnica que mejor lo define son óleos, como los que se están exponiendo en Madrid. Yo trabajo más que nada con acuarelas, pero no pensadas como un pequeño ‘dibujito’, sino que en grandes cuadros, como por ejemplo la exposición de Cartagena sobre los teatros romanos.
P: Queremos conocer su día a día como artista. ¿En qué consiste la jornada de Pedro Cano?
R: Yo vengo de una familia trabajadora de comerciantes. He tenido una relación con mi trabajo de ‘trabajador cotidiano’. Intento levantarme temprano, aprovechar al máximo el día y no perder el hilo, porque muchas veces el artista se separa demasiado de lo que es el hombre, de lo que es el ser humano. A mí eso me espantaría. Yo sigo siendo como ha sido mi gente, como ha sido mi familia, como han sido mis hermanos.
P: Algún dato curioso o interesante que quiera compartir con nosotros.
R: Una de las cosas más importantes y curiosas es que yo soy la suma de todos los viajes, los encuentros y las historias que han pasado a mi alrededor. Durante al menos 30 años he podido hacer una cosa importante: estar una tercera parte del año en Italia, otra tercera en España y la otra tercera viajando. Yo creo que eso me ha dado casi todo lo que sé. La mejor universidad de la vida. Creo que poco a poco se ha metido por las rendijas de mi ser todo lo que me ha dado el mundo. El mundo y viajar te enseñan que la única vida que hay no es solo la que tú conoces, la de donde has nacido y has estado viviendo… te enseña que el mundo sigue e infinidad de cosas que tendríamos que tener más tiempo para observarlas y pensar que, en el fondo, somos todos iguales.