El pasado 14 de junio el mundo del arte y la cosmética perdió a una figura clave: Leonard Lauder, hijo mayor de Estée Lauder y heredero del imperio cosmético familiar. A los 92 años, falleció rodeado de su familia en Nueva York, dejando un legado que trasciende la industria de la belleza. Además de su papel fundamental en la expansión global de The Estée Lauder Companies, Lauder fue un destacado coleccionista y filántropo, cuyas contribuciones al arte moderno siguen siendo recordadas. Hoy en COOL the lifetsyle hablamos de las 78 obras valoradas en 1.000 millones que el hijo de Estée Lauder donó en vida.
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Leonard Lauder, hijo mayor de Estée Lauder
De la cosmética al cubismo: una visión transformadora
Leonard Lauder se unió a la empresa familiar en 1958, cuando esta generaba menos de un millón de euros en ventas anuales. Bajo su liderazgo, la compañía se transformó en un gigante global, con marcas icónicas como MAC, Bobbi Brown y Aveda, y una presencia en más de 150 países. Su visión estratégica y su capacidad para identificar tendencias lo posicionaron como un líder empresarial de renombre.

Sin embargo, su influencia no se limitó al mundo de los cosméticos. En 2013, Lauder hizo una de las donaciones más significativas en la historia del arte moderno: entregó al Metropolitan Museum of Art de Nueva York una colección de 78 obras cubistas, valoradas en 1.000 millones de euros. Esta donación incluyó piezas de maestros como Pablo Picasso, Georges Braque, Juan Gris y Fernand Léger, y transformó al MET en uno de los principales referentes del cubismo a nivel mundial.
Un legado que perdura
Además de su contribución al arte, Leonard Lauder fue un filántropo comprometido con diversas causas. Co-fundó la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation y apoyó activamente la lucha contra el cáncer de mama, junto a su primera esposa, Evelyn, quien fue co-creadora del lazo rosa. Su generosidad también se extendió al Museo Whitney de Arte Estadounidense, donde realizó importantes donaciones y aportó 131 millones de euros al fondo patrimonial en 2008.

A lo largo de su vida, Lauder fue reconocido por su integridad, visión y dedicación tanto al arte como a la comunidad. Su legado perdura no sólo en las marcas que ayudó a consolidar, sino también en las instituciones culturales que enriqueció con su generosidad. Su fallecimiento marca el fin de una era, pero su impacto en el mundo del arte y los negocios continúa vivo. Leonard Lauder será recordado como un visionario que, desde el mundo de la cosmética, supo apreciar y promover el valor del arte, dejando una huella imborrable en ambos campos.