No le gusta demasiado hablar de su familia, pero sabiendo que es sobrino nieto de Pablo Ruiz Picasso y que se dedica a la pintura, es consciente de que las preguntas al respecto son inevitables. «Es algo que tengo asumido, pero no quiero ser como él; quiero tener mi propio estilo«, explica el joven Jacob Vilató en una entrevista con COOL durante una exposición. Una entrevista donde evidencia su timidez mezclada con su genialidad.
No es un pintor de cara al público desde siempre, aunque siempre ha estado pintando. «Es casi una tradición familiar», reconoce. Durante un tiempo hizo una pausa con la arquitectura y después se dejó ir. Es un recién llegado a la pintura profesional, se puede decir. «Me siento como el bienvenido», bromea.
«Pinto por necesidad, es como cuando hablas por teléfono y haces dibujitos pero en modo intenso. La buena sensación es cuando estás pintando y al día siguiente quieres volver a verlo… ¡y la gente lo compra¡ ¿Que qué sentido tiene?, pues no lo sé, la verdad».
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«Quiero crear un lenguaje directo con la gente, que la obra les hable, es una manera de dialogar, que no sea una perspectiva religiosa de una obra en un altar. En realidad quiero comunicación» .
«Yo quiero alejarme del mundo snob del arte y que cada uno vea lo que quiere ver»
«Soy tímido pero me gusta la comunicación directa. Yo pinto y con ello digo cosas que no me atrevo a decir en persona. Es algo antisocial pero por un motivo social. Una contradicción.»
«Soy autodidacta oficialmente, pero eso realmente no existe, porque hoy en día hay mucha información si abres cualquier libro…y en ciertas familias pintar es una tradición…»
Busca estar incómodo y salir de su zona de confort. Cualquier técnica le va bien. Está de alguna manera empezando su carrera.
Durante la pandemia fue su momento creativo álgido y a partir de ahí empezó a exponer poco a poco, a mostrar al público sus piezas.
Acaba de llegar de México y está a punto de salir para China con sus creaciones bajo el brazo.
Como es tremendamente tímido, tal y como explica a COOL «pinta para comunicarse». No le gusta hablar. Sus obras son su mejor lenguaje, y su habitual forma de expresión. De su tío abuelo, charlamos al final. No se siente muy cómodo hablando del pasado. Mira al futuro.
En España es un autor muy nuevo, «casi desconocido». «Mis metas son internas, quiero llegar a pintar y sentirme satisfecho y quiero que sea un camino de largo recorrido…»
Picasso, su tío abuelo
No le conoció. El genio murió hace medio siglo y su sobrino nieto ronda los 40 años. Hay influencias de Picasso, claro que sí. Estoy muy agradecido y soy un apasionado de las primeras vanguardias, pero cada uno hace lo suyo. En su casa hablaban de él. Son una familia de médicos y pintores. Polarizada. «Hay herencias que se van transmitiendo en las familias», dice.
Ha sido un personaje muy presente e importante. Mi familia es muy pequeñita y el tema de Picasso es un tema recurrente. me siento orgulloso y afortunado. Lo mejor es esa manera de ver la pintura, cierta estética. Esa es mi gran herencia. «Tengo dos tíos que pintaban pero en mi generación aquí estoy», asume.
«Lo mejor que he podido recibir es su manera de ver la pintura». Es el salto genético. Nieto de Lola Ruiz Picasso, hermano de Pablo Ruíz Picasso.
«Yo creo que hay colores y la manera de entender la pintura, va por ahí. No quiero ser como él», insiste. Quiere se él mismo. Sin apellidos ilustres. E intenta pasarlo bien durante el proceso de creación.
La Suite Assise es la más reciente serie que expone, la que recoge sus cambios vitales más recientes.
La serie son personajes algo violentes, hombres sentados, quietos que están pensando antes de saltar… algo que sintió por sí mismo buscando la serenidad, cuando la creó.
Su pintura, sus colores recuerdan a Picasso. Su aspecto físico también. la genética es inevitable por mucho que el joven artista se empeñe en marcar distancias.
‘Antropologia’ es una serie diferente, con formatos grandes, que comienzan en una mancha muy trabajada. Habla sobre personajes huyendo de tópicos.
«Tengo mucha admiración por Picasso, pero no intento hacer un segundo capítulo. Las cosas hay que dejarlas como están», concluye. Jacob Vilató es catalán de cuna aunque malagueño de corazón. Hijo de un neurocirujano ya fallecido, «que pintaba muy bien, y que era a su vez hijo de Lola Ruíz Picasso. Una abuela a la que, igual que a su tío abuelo Pablo, nunca conoció. Antepasados que están en su árbol genealógico y en su corazón.