Carmel Snow, la gran periodista de moda que dominaba la Alta Costura

Carmel Snow
Carmel Snow / Foto: Getty Images
Paloma Herce
  • Paloma Herce
  • Periodista especializada en moda, viajes y estilo de vida. Doble graduada en Periodismo y Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad CEU San Pablo, Máster COPE de radio. Llevo más de 10 años escribiendo y hablando sobre desfiles, tendencias, restaurantes, viajes y hoteles. En definitiva, los pequeños placeres de la vida. También he trabajado en la sección de Internacional y en agencias de comunicación. De pequeña escribía poesía pero eso no cuenta. Mi leit motiv en la profesión y en la vida es una frase de Diana Vreeland: 'the eye has to travel'.
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El nombre de Carmel Snow está empezando a ser conocido por el gran público gracias a la magnífica serie de Cristóbal Balenciaga que se ha estrenado en Disney +. Una obra audiovisual que le da el lugar al maestro de la costura Balenciaga, al diseñador más grande de todos los tiempos… Ese que muchos no saben que era español y que nació en Guetaria. En esta bellísima serie, protagonizada por un excelso Alberto San Juan, se descubren los entresijos de la moda y sale a relucir el nombre de una de las periodistas de moda más grandes de la historia: Carmel Snow.

Carmel Snow
Carmel Snow / Foto: @avedonfoundation

Sus orígenes

Nacida en 1887 en Irlanda, su padre era director de una fábrica de lanas. Sí, la moda, de alguna manera, ya estaba ahí. Había un proyecto de una feria en Chicago, y tras la muerte de su padre, fue su madre quien continuó con la idea de su marido… Trasladando a toda su familia a esta ciudad de Estados Unidos, siendo Snow muy joven. Se casa por segunda vez su madre y se trasladan a Nueva York, ciudad en la que abre una casa de modas para la alta sociedad neoyorquina. Por suerte, Carmel acompañaba a su madre cada vez que viajaban a París a ver los desfiles.

Así comienza

En ese momento es cuando comienza el idilio de Carmel con la moda. Una pasión que le lleva a ser asistente en la revista Vogue -nacida en 1896-, convirtiéndose en editora de la misma en 1926. Sus problemas con Edna Woolman Chase, y que su hermano se fuera a trabajar a Hearst, hace que deje Condé Nast para trabajar en la competencia: en Harper’s Bazaar. Dos años después, en 1934, ya es editora jefe. Todos aquellos cambios que quiso hacer en Vogue y no pudo los hizo en la que era su nueva revista. Porque las mujeres con estilo también querían saber más de arte o de cultura. Porque había más intereses más allá de la moda. Aquí surgen nuevas secciones en las revistas de moda.

Sus colaboraciones

Colaboró con lo más granado del arte y la cultura de la época: desde Andy Warhol pasando por Salvador Dalí, Jean Cocteau o los fotógrafos Cecil Beaton o Man Ray. Hasta Truman Capote escribió en sus páginas y hasta Elsa Schiaparelli firmó. Richard Avedon también fue uno de sus colaboradores… Y fue quien descubrió a Diana Vreeland, otro de esos grandes nombres de la moda del que se han escrito libros y hasta obras de teatro. La descubrió en una pista baile luciendo un vestido de Chanel. En aquella época el estilo y el buen gusto ya se consideraban un talento en la moda.

Balenciaga y ella

Su poder en este universo era indiscutible, y a pesar de todas las tareas que realizaba en la revista, no se perdía las semanas de la moda, no se perdía París. Que Carmel Snow te descubriera o te bendijera suponía un antes y un después en la vida de muchos diseñadores. Ella fue la que apodó el New Look de Christian Dior, y fue la que dio a conocer el magnífico trabajo que hacía Cristóbal Balenciaga. La serie -ideada por Lourdes Iglesias, Jon Garaño, Aitor Arregui y José Mari Goenaga-, es un buen ejemplo de ello. Dicen que fue Coco Chanel -que ya conocía el trabajo de Balenciaga- la que les presentó.

Se da a entender que Carmel Snow estuvo enamorada de Balenciaga, algo que no se sabe a ciencia cierta, pero lo que era evidente era la grandísima admiración que tenía por el diseñador español. Sus años, desde pequeña, visitando desfiles, trabajar entre bambalinas en la tienda de su madre y cultivar su mente, además de sus colaboraciones con grandes artistas de la época, hacían de la periodista una de las grandes damas de la moda.