Diana Vreeland es un nombre desconocido para muchos y conocido para muchos otros. Por varias razones, y la primera, porque fue la primera editora de moda de la historia. Prescriptora de estilo, Diana Vreeland era una mujer adelantada a su tiempo que asentó muchos elementos habituales de la moda que hasta entonces, no se habían visto nunca. Diana Vreeland (París 1903- Nueva York 1989) era una mujer COOL.
Nacida en París en 1903, acabó en Nueva York en la industria de la moda. Lo cuenta ella misma en su biografía, un libro publicado por la Editorial Superflua llamado D.V. El libro, por supuesto, está firmado por ella. Divertida, sarcástica, descriptiva y genial. Diana Vreeland es una mujer COOL por muchas razones. Hasta Carolina Herrera está de acuerdo.
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Prescriptora
Diana Vreeland fue elegida por Carmel Snow tras verla bailar en un acto social en el neoyorquino Hotel St. Regis. Diana llamó la atención por su look y captó la mirada de la redactora jefe de Harper’s Bazaar. Le ofreció trabajo, a lo que Diana respondió: Nunca he estado en una oficina, ni me he vestido antes de mediodía”. Carmel Snow le explicó que daba a entender que sabía mucho de ropa. Diana quería ser una chica de moda y lo fue, aunque no lo hizo de manera obvia. Diana era especial, era COOL, porque tenía su propia visión del mundo.
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Definió la revista de moda actual
Antes la revistas eran manuales, Diana creó lo que se entiende por una revista de moda femenina actual. Los editoriales de moda donde se soñaba con la moda, las entrevistas a iconos culturales de la época… Todo comenzó con su columna ‘Why don’t you?’, dónde se burlaba de forma sarcástica de personajes, costumbres y acontecimientos de la sociedad. ¿Una de sus frases más caladas? «El biquini es el invento más importante desde la bomba atómica». Diana era anárquica y ese carácter se sintió en todos sus proyectos y también caló en la sociedad neoyorquina, algo que potenció su papel de prescriptora. Insufló de creatividad el trabajo de las revistas de moda. Comenzó con Harper’s Bazaar y continuó con Vogue. Siempre fue una enamorada del arte y la cultura y lo plasmó en la revista femenina para siempre.
Fan de Chanel
Diana Vreeland vestía de Chanel. Amiga íntima de Coco -se conocieron en 1924-, la diseñadora le mandó un avión para que Diana acudiera al dentista tras cancelar su presencia a un desfile -por otras razones desveladas en su biografía-. Diana era una de las mayores fanáticas de la firma francesa, como buena parisina, y sufrió mucho tras partir de París. Su armario estaba llena de prendas rompedoras de la creadora cuando un vestido de alta costura no costaba más de 200 dólares. Tardaba hasta tres días en hacerse un camisón porque, por supuesto, todo se lo hacía a medida.
Leída y viajada
No hay como una mente abierta. Diana Vreeland, que nació en París, se mudó a Londres cuando se casó con Reed Vreeland. Conoció Europa en sus escapadas románticas y tiempo después, se mudó a Nueva York. Diana viajó y leyó mucho, lo que desarrolló su creatividad y su visión de la vida. Una de sus frases más célebres es: «The eye has to travel». No podemos darle más que la razón. Esos viajes también quedaban recalcadas en las editoriales de las revistas en las que trabajó. Quería hacer viajar al lector de manera literal y lo hizo gracias a su equipo de fotógrafos y modelos.
Fue asesora de grandes mujeres
Una de esas grandes mujeres fue Jackie Kennedy, uno de los mayores iconos de estilo de la historia. La mujer del Presidente Kennedy estuvo asesorada por Diana Vreeland. Jackie Kennedy se convirtió en una mujer COOL gracias a Diana.
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Trabajó en el Metropolitan Museum of Modern Art de Nueva York
Tras dejar Vogue en 1962, llegó al Costume Institute del Museo MET para crear algunas de las exposiciones de moda más importantes de la historia del museo. Empezó a trabajar como consultora e investigadora del mundo y tiene mucha culpa del éxito de la Gala MET. Tras la llegada de Vreeland, este evento benéfico nacido en 1948 fue catapultado gracias a la extensa lista de contactos de la ex editora de moda. Elizabeth Taylor, Cher, Andy Warhol… Fueron algunos de los invitados de Vreeland. Fue ella la pionera en cuanto a la elección de un dress code adecuado a la temática. La primera cena organizada por la parisina fue ‘El mundo de Balenciaga’, en honor al diseñador español. A partir de esa noche la Gala MET reflejaba una misma temática bajo diferentes puntos de vista, reflejados en los estilismos de los invitados.