Agua micelar: qué es, cómo aplicarla y nuestras favoritas

Limpiar nuestra piel cada día es un paso obligatorio antes de dormir, al levantarnos y al llegar a casa tras haber estado en cualquier ambiente o contexto de polución. El agua micelar se ha convertido en uno de los productos cada vez más demandados tanto por expertos, como por usuarios por sus múltiples beneficios, su facilidad de uso, y sus increíbles resultados a la hora de retirar los restos de suciedad de los poros de la piel de nuestra cara.

Se trata de un compuesto cuyo efecto actúa sobre las últimas capas de la piel. El agua micelar , o solución, se convirtió en un producto especialmente utilizado por las mujeres francesas en 1913, como preámbulo a una era en la que se convertiría en un paso clave a la hora de limpiar nuestro rostro. El motivo en su momento fue la escasez de agua potable, y hoy este compuesto sirve para quitar residuos del rostro. Ni reseca, ni daña a la piel, esta fórmula retira el maquillaje y los restos de contaminación que puedan quedar sobre la piel, dejándola libre de peso ni de productos que puedan acabar dañándola.

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Para poder realizar un buen uso de este producto, se recomienda aplicar gotitas de la fórmula acuosa sobre un algodón, o algunas ‘toallitas’ especiales para limpiar el rostro. En cuanto a los movimientos, éstos deben ser circulares, y hacia fuera, consiguiendo así que las micelas de este producto actúen sobre la capa de la dermis. Es preciso mencionar la ausencia de agentes irritantes en el agua micelar, y recomendable que, antes de mover el disco o toalla sobre la piel, o los ojos, éste permanezca unos segundos para humedecer la piel y facilitar el proceso.