En el corazón de la Provenza, donde los campos de lavanda se funden con el azul del cielo y el tiempo parece detenerse, Tamara Falcó e Íñigo Onieva se enucentran celebrando su segundo aniversario de bodas en un marco de ensueño: el histórico palace La Bastide de Gordes, un antiguo palacio del siglo XVIII convertido en un lujoso hotel de cinco estrellas, operado por Airelles en el encantador pueblo de Gordes.
- Repossi, la firma que hizo el anillo de compromiso de Tamara Falcó, llega a Madrid
-
Tamara Falcó habla sobre el poder del ayuno: «Es una manera de sanar»

Este hotel es una joya arquitectónica situada en lo alto de la colina, con vistas panorámicas impresionantes del valle del Luberon. Las habitaciones, decoradas con muebles de época, papel floral provenzal y antigüedades, transportan al huésped a otra época. La Bastide de Gordes cuenta con cinco opciones gastronómicas en sus restaurantes, incluyendo The Clover Gordes, del chef Jean‑François Piège, y L’Orangerie, ideal para cenas románticas con vistas sobre el valle.

Según fuentes como TripAdvisor, el precio medio por noche en una habitación estándar ronda los 1.600 €, aunque en suites exclusivas como la Vasarely o Baron de Simiane los precios pueden elevarse a más de 3.800 € por noche.
Para Tamara e Íñigo, alojarse en La Bastide de Gordes ha sido la decisión perfecta: un entorno que combina majestuosidad, privacidad y detalles exquisitos. En varias imágenes que ha compartido a través de sus redes sociales, se aprecia a la pareja relajándose en las terrazas, disfrutando del spa de primer nivel, y paseando por los jardines junto a piscinas climatizadas, todo dentro del marco de esta histórica bastide.

La importancia de este enclave no es sólo estética, sino simbólica: un lugar donde el ritmo disminuye, el mundo exterior se atenúa y el amor puede respirarse como un susurro entre cipreses y murallas antiguas. En su Instagram, Tamara nos comparte con sencillez lo que muchos sentiríamos al contemplar el valle desde su habitación: «Tal cual lo que hacía falta». Esa frase encapsula todo el valor de esta escapada: el lujo entendido como bienestar y la celebración entendida como estar juntos.
El álbum fotográfico muestra cenas frente al atardecer, paseos por el pueblo medieval, instantes de lectura bajo la sombra de los olivos, y detalles cotidianos de esa convivencia que ya va por su segundo capítulo. Las fotografías capturan la luz dorada de la Provenza, las sonrisas espontáneas del matrimonio y la elegancia sin pretensiones de una pareja que ha sabido encontrar su refugio.

De esta manera, el viaje a La Bastide de Gordes se convierte en algo más que una escapada de aniversario. Es un testimonio de que el amor sigue creciendo cuando se elige cuidarlo, en silencio y con belleza. Entre los muros de piedra de este majestuoso palacio, Tamara e Íñigo han construido un recuerdo imborrable, rodeados de naturaleza, historia y lujo discreto.