La finca se llamaba Río Negro antes de que el padre de Víctor Fuentes la comprase en 1998 con intención de convertirla en una bodega de altura. Nunca mejor dicho, porque está ubicada a mil metros sobre el nivel de mar, en una finca cercana al pueblo de Cogolludo, Guadalajara, a unos cien kilometros de Madrid. Cuarenta y cuatro hectáreas de viñedo. «Este terruño tiene mucho potencial», comenta Victor.
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Un capricho que se convirtió con el paso del tiempo, y muchas jornadas de mucho trabajo, en un éxito rentable. Una bodega solitaria con cinco reconocidas etiquetas en el mercado que no superan los 30 euros. Uno blanco y cuatro tintos. Todos creados con uvas maduradas al sol de la montaña castellana.
Finca Río Negro es la bodega más alta de España en esa latitud y la única que existe a 50 kilómetros a la redonda. «Los que antes decían que mi padre era un loco, ahora dicen de él que es un pionero», explica Víctor, el menor de los hijos del fundador, responsable comercial de la empresa.
Esta bodega acaba de presentar sus nuevas añadas: vinos con personalidad, y una apuesta firme de esta bodega por elaborar uno de los vinos más singulares de España. Un negocio rentable, que se ha conseguido con la inestimable ayuda de su equipo.
Aunque la familia es de escasa y lejana tradición bodeguera, y su creador se dedica a la consultoría empresarial como actividad principal. En este caso, el empeño y la ilusión hacen buen vino.
Enoturismo de altura
«A sus 80 años, mi padre viene todos los fines de semana a recorrer la finca con los grupos de clientes que tenemos de enoturismo», explica con orgullo su hijo. Reciben unos seis mil visitantes al año. La bodega se puede visitar y está situada a poco más de una hora por carretera desde Madrid. Una escapada de altura, sin duda.
Esta bodega, que en su momento fue un sueño, hoy en día ya es una realidad. «Es la vuelta a los orígenes de mi padre. Y los números salen», dice Víctor. Sus vinos Rio Negro se sirven en los restaurantes más elitistas del mundo. En Madrid, sin ir más lejos, en varios locales con estrellas Michelin. «Bueno, tenemos clientes en todas partes…, dice con humildad, y todos son igual de importantes». Llegan hasta Washington DC, en total 21 países.
En su idea por mostrar el potencial del terruño, esta bodega presenta la segunda añada de Cerro del Lobo, un exclusivo vino de parcela con una producción limitada de 6.437 botellas numeradas.
La 2019 es la segunda añada de este vino. La espectacular adaptación de la variedad syrah al terruño de Finca Río Negro, desde que se plantara hace más de 20 años, ha provocado que la bodega se decidiera a crear este vino.
‘Cerro del Lobo’ toma su nombre de la parcela más septentrional –donde por primera vez se vio una familia de lobos, especie protegida- , situada en una ladera con gran pendiente y limitada por dos arroyos.
Esta añada ha sido excepcional a nivel climático, en la que Finca Río Negro a través de procesos hechos a mano consigue en Cerro del Lobo un tinto de corte continental, con aroma intenso, profundo, complejo y largo recorrido en boca.
El vino 5º Año 2017 –emblema de Finca Río Negro–, tras una crianza de 19 meses en barricas nuevas de roble francés, es un tinto de aroma muy intenso, elegante y complejo. Elaborado únicamente con la selección de las mejores parcelas de las variedades tempranillo y cabernet Sauvignon, destaca por su extraordinaria capacidad de envejecimiento.
Su top ventas es Finca Río Negro –2018– elaborado principalmente con tempranillo, propia de la zona; y el llamado 992 –2020–, cuyo nombre está inspirado en la altura del viñedo, situado a 992 metros sobre el nivel del mar tiene mucho éxito. Es una propuesta de aroma intenso, donde predominan los frutos rojos y violetas con notas de roble francés Allier y americano. Y, la producción se completa con el Gewürztraminer 2021, el único blanco de la Bodega. Un monovarietal criado sobre lías durante 4 meses para los apasionados de los aromáticos y secos.
Unos vienen y otros van. Se jubila el director de toda la vida y llegan los nuevos fichajes. Reciente es la incorporación del célebre enólogo Xavier Ausás como nuevo asesor de la Bodega.
Con más de 25 años de experiencia en la dirección enológica de principales Grupos -entre ellos, Bodega Vega Sicilia-. Es uno de los grandes, quien en su apuesta por el respeto absoluto por el terruño, llevará a cabo en este viñedo la supervisión en viticultura y el trabajo en bodega.
Esta bodega es algo único en la Sierra Norte de Guadalajara. La familia Fuentes, al frente de Finca Río Negro, lleva dos décadas recuperando la
tradición vinícola y vitivinícola de la Edad media en Cogolludo. Con su idea de elaborar Vinos de Finca, consiguen producir un blanco y tintos reconocidos internacionalmente.
Lo nuevo ya está en marcha porque la bodega trabaja junto con el Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM) y la Universidad de Castilla-La Mancha en la recuperación de Tinto Fragoso. Ya tienen incluso embotelladas algunas unidades .
Ésta es una variedad autóctona de Cogolludo, única en el mundo y autorizada para la elaboración de vinos. La ubicación de Finca Río Negro y la distancia a cualquier Denominación de Origen, amén de la altura de los viñedos –a 1.000 metros, en uno de los terruños más elevados desde el centro peninsular hasta el norte de Europa, una altitud en el límite tradicional de cultivo– y las características de la zona proporcionan a los 5 vinos unos matices únicos.
Solitaria, aislada, alejada de otros viñedos y con una ubicación que desafía los límites tradicionales del cultivo de la vid, así es Finca Río Negro. Una bodega cálida a pesar del frio que allí hace. Una bodega, como ellos mismos dicen, «de altura», que tiene la sierra en el horizonte en pleno Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara. Reciben turistas con mucho agrado. «Río Negro es una bodega que vuela sola», concluye Víctor. Y con un vuelo de altura.
