Con motivo del décimo aniversario de su proclamación como rey, Felipe VI ha concedido por primera vez nuevos títulos nobiliarios. Entre los galardonados están Rafa Nadal, que se convierte en marqués de Llevant de Mallorca, y Luz Casal, ahora marquesa de Luz y Paz. Pero, más allá del gesto simbólico, surge la pregunta: ¿cuánto cuesta ostentar un título como este en pleno siglo XXI? ¿Y qué privilegios ofrece?
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A pesar de su carga histórica y su simbolismo social, ostentar un título nobiliario en España no es gratuito. Aunque no supone un coste de mantenimiento anual, como sí ocurre con otros reconocimientos o pertenencias (por ejemplo, un coche o una propiedad), sí implica una serie de gastos administrativos y legales para su tramitación oficial.
Esto es lo que tendrá que pagar Rafa Nadal por ser marqués
Hemos consultado a una gestoría y nos explica que, según datos del Ministerio de Justicia de España, que gestiona el Registro de la Nobleza, los costes básicos son:
Tasa por sucesión o nueva concesión: 91,42 €
Este importe está regulado por la Orden JUS/1460/2023, publicada en el Boletín Oficial del Estado, y es obligatoria para cualquier persona que desee inscribir un nuevo título (por concesión del Rey) o reclamar la sucesión de uno existente (tras el fallecimiento del titular anterior). El pago se realiza al Ministerio de Justicia, que gestiona el Registro de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España y Títulos del Reino.
Publicación en el BOE: entre 90 y 150 €
Una vez aprobado, el título debe ser publicado en el Boletín Oficial del Estado para adquirir validez legal. Esta publicación, que va a cargo del solicitante, tiene un coste variable en función de la extensión del anuncio o el número de páginas. Es un paso obligatorio y certifica oficialmente que el nuevo marqués, conde o duque puede usar su título.
Honorarios legales (opcional, pero habitual): 1.000 a 3.000 €
Aunque no es obligatorio contar con abogados o gestores especializados, en muchos casos (especialmente en títulos antiguos o disputas hereditarias) los interesados contratan asesoramiento legal. Este puede ser necesario cuando: se necesita acreditar el árbol genealógico con pruebas fehacientes, existen varios herederos en disputa por un mismo título, el título fue declarado caducado o abandonado, y se desea rehabilitar.
En todas estas situaciones, los costes de los servicios jurídicos pueden ascender a varios miles de euros, aunque el proceso puede simplificarse si se cuenta con documentación clara y línea sucesoria directa.
Los privilegios que otorga hoy un título nobiliario
Aunque en siglos pasados un título nobiliario otorgaba tierras, poder político o exenciones fiscales, hoy su valor es meramente honorífico y simbólico:
- Reconocimiento público y social: El título es una distinción del Estado, firmada por el Rey, que reconoce una trayectoria excepcional.
- Acceso a ciertas instituciones: Aunque no otorga poder político, el título puede abrir puertas en eventos oficiales, foros culturales o académicos vinculados a la nobleza o a la Casa Real.
- Uso protocolario: Los marqueses, duques o condes pueden hacer uso de su título en actos oficiales, publicaciones o tarjetas de presentación.
- Transmisión hereditaria: Salvo indicación contraria, estos títulos pueden ser transmitidos a descendientes, lo que prolonga el legado familiar.
Tamara Falcó ostenta el título de marquesa de Griñón, que heredó tras el fallecimiento de su padre, Carlos Falcó, en 2020. El marquesado fue creado en 1862 y pasó a ella por decisión directa de su progenitor. Es un título nobiliario español con grandeza de España desde el siglo XIX.
La nobleza en el siglo XXI: más símbolo que poder
La decisión del Rey de conceder estos títulos refleja una visión moderna de la nobleza: no como casta hereditaria, sino como símbolo de mérito y contribución a la sociedad. Rafa Nadal por sus logros deportivos, Luz Casal por su legado musical o el científico Carlos López Otín por su aportación a la ciencia son ejemplos de una nobleza que hoy se construye desde el talento, no desde el linaje.
Así, convertirse en marqués o marquesa no solo tiene un coste asumible, sino que responde a un reconocimiento público de excelencia, más allá de cualquier privilegio material.
¿Se puede perder un título nobiliario?
Aunque los títulos suelen transmitirse de forma hereditaria o vitalicia, el Estado puede retirarlos por causas justificadas, especialmente cuando hay actos considerados graves que dañan su dignidad o imagen.
Un caso emblemático es el del marqués de Perijá, título concedido a Carlos Roca Suárez en 1972 por el entonces rey Juan Carlos I. En 2014, el título fue revocado por orden del Ministerio de Justicia tras demostrarse su implicación en actividades fraudulentas, vinculadas al blanqueo de capitales en paraísos fiscales. Aunque los casos son raros, sientan precedentes sobre la posibilidad de que la nobleza también pueda ser cuestionada en un Estado democrático.
