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Paloma (Malne): «Un diseñador no sigue tendencias, las huele, las intuye… las crea sin buscar»

Malne. Paloma Álvarez y Juanjo Mánez
Paloma Álvarez y Juanjo Mánez. (Foto: Malne)
Marta Morales
  • Marta Morales
  • Graduada en Estudios Ingleses por la UA. Tras estudiar el Máster en Comunicación de Moda y Belleza (VOGUE) por la UC3M empecé a escribir para Glamour y Vogue, en ‘print’ y en digital, aunque terminé queriéndome enfocar en el sector del lujo. Por este motivo empecé mi andadura en COOL the lifestyle. Y aquí me encuentro, ejerciendo de redactora y periodista multimedia, especializada en belleza, moda, viajes y estilo de vida. Además, en mi afán por aprender y compartir lo que más me gusta, en junio de 2023 finalicé el Máster en Formación para profesora en la Universidad CEU San Pablo. Puedes seguirme en Instagram @martamoralesb.
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En el escenario de la Mercedes-Benz Fashion Week, Malne ha presentado una colección que trasciende la moda para convertirse en un manifiesto: Frida 21, una reinvención contemporánea del espíritu de Frida Kahlo, libre de tópicos y profundamente conectada con el alma de la artista. Todo comenzó con un deseo: el de volver a México, al color, a la emoción, a lo simbólico. «Nos apetecía mucho México… siempre nos ha encantado. Y de repente, surgió Frida», confiesan desde la firma. Pero en lugar de recrear lo ya conocido, se propusieron una pregunta audaz: ¿Cómo sería Frida en el siglo XXI? Charlamos con Paloma Álvarez, fundadora de Malne, para descubrir todos los detalles presentados en su colección Primavera/Verano 2026 en la MBFW.

Paloma (Malne): «Un diseñador no sigue tendencias, las huele, las intuye… las crea sin buscar»
(Foto: Malne)

«Queríamos hacer una Frida diferente. Que tuviera su fuerza, su valentía, su creatividad… pero actualizada».

Frida 21 no es una caricatura ni una réplica: es una exploración honesta de sus valores, su complejidad y su rebeldía no impostada. Porque, como señalan los diseñadores, «Frida no era rebelde porque lo intentara, era rebelde porque era diferente. No podía ser de otra manera».

Esa diferencia se traduce en prendas que combinan delicadeza y poder, donde las transparencias no ocultan, sino que revelan una identidad libre de complejos. Corsés inspirados en la ortopedia de la propia Frida se convierten aquí en piezas de arte, bellas y sofisticadas, sin renunciar a su mensaje.

«Ella decía: ‘¿Pies, para qué los quiero si tengo alas para volar?’. Y eso está en cada flor, en cada mariposa, en cada vestido».

La colección juega con contrastes: lo masculino y lo hipersensual, lo estructurado y lo orgánico. Y en esa dualidad aparente, surge una verdad: Frida no era un personaje dual, sino rico, lleno de matices. Hay una Frida romántica, otra oscura, otra casi mítica. Cada una, un rostro posible de esa mujer universal.

Paloma (Malne): «Un diseñador no sigue tendencias, las huele, las intuye… las crea sin buscar»
(Foto: Malne)

«Frida no era un personaje simplón. Era rica, apasionante, compleja. Por eso hay muchas Fridas».

El mayor reto fue huir del cliché. Malne se esforzó por construir una narrativa en la que la esencia de Kahlo estuviera presente sin recurrir al disfraz. Para lograrlo, pensaron en mujeres reales. Entre ellas, Susana Moreno: modelo internacional, educadora social, mujer comprometida y musa de la colección.

«Susana nos escribió: ‘Frida’. Y dijimos: claro. Es ella. Ella es Frida».

En ella se refleja la Frida que lucha, que ama, que transforma el dolor en belleza. La Frida que organiza fiestas desde la cama de un hospital, que se pinta a sí misma para no desaparecer. La Frida feminista, sin necesidad de etiquetas: simplemente libre.

Paloma (Malne): «Un diseñador no sigue tendencias, las huele, las intuye… las crea sin buscar»
(Foto: Malne)

«No creo que haya una mujer que no sea feminista en el siglo XXI. Ese debate está superado».

Frida 21 es también una oda a la textura como lenguaje: plumas, rafias, bordados nupciales, tejidos pintados a mano. Cada prenda es una pieza única que mezcla la sofisticación con el oficio artesanal. Malne no sigue tendencias: las presiente, las crea.

«Un diseñador de verdad no sigue tendencias. Las huele, las intuye. Las crea sin buscarlas».

Y si Frida viviera hoy, ¿se vestiría de Malne? No tienen dudas: sí. Pero además, lo intervendría, lo haría suyo, como hace cada mujer que viste la firma. Porque en el fondo, tanto Frida como MALNE tienen la misma vocación: hacer de la diferencia, una belleza; y de la moda, una forma de ser una misma.

«Frida es ser tú misma. Y eso es también Malne. Vestirse con libertad. Con alma. Y con alegría».