En el marco de la Semana de la Moda todo puede pasar, ¿no es por eso que siempre condecorar sus citas bajo el galardón de la vanguardia? Ahora bien, la magia de adentrarse en un shooting, compartiendo junto a un diseñador la intimidad entre bastidores de la moda es algo inédito para la firma de Roberto Torretta. Un formato chez moi que nos adentra en su propio atelier para dar a conocer de forma inédita y trascendental las piezas de su nueva colección de vestidos Linaje. Una oda a la feminidad y la sofisticación para la temporada Primavera-Verano 2026.
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Roberto y María Torretta son padre e hija, sí, pero también una dupla perfectamente compenetrada. Las últimas colecciones de la firma ya nos dieron pistas de cómo el estilo y la frescura conviven en cada prenda.
Claro que el discurso cambia cuando llegas a su estudio en el barrio madrileño de Tetuán y les observas trabajar junto al resto del equipo. Y es como te lo esperas: un portal neutro diseñado en los 2000 por la arquitecta Patricia Urquiola donde los límites entre las salas los marca el cristal y las paredes blancas hacen que las colecciones colgadas en las perchas interpreten el mobiliario que todos imaginamos de un lugar como este.
«Es una colección muy de atelier, con piezas personalizables que sientan precedente de lo que vendrá»
Al más puro estilo ¿Quién vive ahí? abres las puertas del atelier y te encuentras a Roberto y María Torretta recibiendo a sus invitados, como perfectos anfitriones de la moda española. «Hemos elegido este formato porque nosotros hacemos siempre este trabajo, el shooting es algo que forma parte de cualquier marca y que tenemos que hacer para poder sacar el material. Pero, como además este espacio es increíble y nos encanta enseñarlo hemos decidido compartirlo porque creo que es un buen momento. Nos pareció una buena oportunidad para compartir».
Claro que la magia de abrir las puertas del atelier es algo muy diferente a observar el resultado de la colección desde las primeras filas del desfile. Aquí no hay cabida para el espectáculo organizado ni la improvisación y sólo sale a la palestra la certeza de que todo tiene que ir bien. Contando solo con la materia prima reflejada en las primeras pruebas, el frenetismo del tiempo, el cuidado por cuidar que cada detalle esté perfecto y nada pueda atrasar el proceso…
«Cada color se trabajó minuciosamente. Cada vestido nos ha llevado alrededor de 4 meses»
El movimiento entre ellos es el de un mecanismo perfectamente organizado: las modelos entran y apuntan su mirada a la cámara, entrelazando movimientos que tejen una perfecta coreografía de posados. Bajo la mirada de Roberto y María, consiguiendo que cada vuelo de los tejidos de seda de la nueva colección quede perfecta y que cada mechón de pelo caiga como debe caer (y no como quiere). Observando en las pantallas que el resultado de cada disparo del cámara sea el esperado.
La maquilladora espera casi en boxes a la señal de salida para salir a retocar los brillos, mientras el resto del equipo encadena los complementos. Porque aquí hay algo que no se puede hacer: parar. Y todo ello mientras, desde fuera, los invitados acudimos a un espectáculo artístico donde cada movimiento parece ser premeditado y ensayado.
Feminidad con sello Torretta
Siendo testigos del momento en el que termina de germinar y pasa a florecer una colección, entramos en la estación primaveral de la firma Roberto Torretta. No es una decisión al azar el hecho de que Roberto presente Linaje de una forma tan personal. Porque, como dirían en el gremio, en lo que a moda se refiere no se da puntada si hijo y todo tiene una razón de ser: «Hemos presentado Linaje de esta forma porque estamos frente a una colección muy de atelier, con piezas personalizables y que sienta el precedente de lo que vamos a ver más adelante», nos cuenta Roberto tras la sesión.
La colección celebra esa feminidad sofisticada y elegante que lleva más de 40 años consolidando un legado: el de Roberto Torretta, cuyos modelos han vestido personalidades como la Reina Letizia. Pero lo que nos encontramos en Linaje es una colección dividida en tres familias perfectamente hiladas entre sí y que pasan de la crudeza, a los estampados en tonos pastel, verdes y salmón, hacia la sobriedad y elegancia del azul marino.
Que conectan los estampados, creados en exclusiva para esta colección, con el juego de capas y cortes, crudos, tonos más llamativos. Todos dialogan con una paleta de color refinada que combina neutros empolvados, tonos intensos y destellos metálicos.
«Queríamos mostrar cómo respiran los tejidos en el cuerpo. Una foto estática no transmite eso»
El nombre, elección de su hija María, representa esa recopilación de toda su trayectoria, «un nombre bastante indicado», nos contaba Roberto. Porque en Linaje nos encontramos con una colección de edición limitada que conecta con la alta costura. «Está hecho aquí en nuestro taller de forma artesanal. En definitiva nos vamos a encontrar una colección muy femenina, elegante, sofisticada y con ánimo de que sea de cada persona, ya sea por colorido, diseño, estampado… Yo entiendo que es una propuesta corta pero con un abanico muy concreto y presente para cada momento del día«.
Aquí la coherencia corre de la cuenta de los detalles. Se trata de una colección de seda hecha con unos productores de tela del norte de Italia, de una región cerca del Lago di Como. «Con ellos hemos tenido que trabajar minuciosamente para que cada color tuviera un sentido con el resto de la colección. Incluso tuvimos que aclarar matices, subir contrastes y dar a todo un sentido. Imagina cómo fue que cada vestido nos ha llevado alrededor de 4 meses de trabajo», apunta el diseñador.
De su mano encontramos que la gasa de seda, crêpe de chine de seda y otras texturas ligeras de caída impecable se alzan como protagonistas de la colección. Para dejar ese movimiento, frescura y sofisticación que dibuja cada silueta. Ciertamente su intención de este shooting estaba precisamente enfocada a dejarnos presenciar dicho movimiento.
«Queríamos que se viera el movimiento real de las prendas, la caída de los tejidos, cómo respiran en el cuerpo. La fotografía de moda capta algo que una imagen estática no transmite si no se vive en el momento», señala el diseñador.
