Con 19 temporadas de éxito televisivo a sus espaldas, Pablo Motos se ha consolidado como uno de los profesionales más influyentes del medio audiovisual en España. Al frente de El Hormiguero, programa estrella del prime time de Antena 3, ha construido no sólo una carrera sólida, sino un auténtico ecosistema empresarial que le ha permitido alcanzar un patrimonio estimado en torno a los 30 millones de euros, según la revista Hola!. Sin embargo, pocos conocen que su trayectoria estuvo marcada por dos importantes reveses económicos que a punto estuvieron de truncarla.
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El propio Motos ha revelado estos episodios en el podcast Tengo un plan, donde ha compartido los detalles de sus dos caídas financieras. La primera se remonta a sus inicios en la radio, cuando aceptó liderar una campaña publicitaria para un producto de adelgazamiento.
Lo que parecía un paso prometedor (pasó de cobrar 600 € a facturar 20.000 € en cuestión de días) acabó en una deuda de más de 200.000 € tras la desaparición del empresario que le había hecho el encargo. La responsabilidad legal recayó íntegramente sobre él, al figurar como firmante en los contratos. «Me tangó», reconoce en el programa. La situación fue tan crítica que llegó a considerar tomar decisiones drásticas. Fue su pareja, Laura Llopis, quien le ayudó a resistir ese momento límite.
En palabras del propio Motos, «no te lo recomiendo». La primera vez que se enfrenta uno a la ruina, añade, «es devastadora». Durante meses no tuvo ingresos. Sus padres le apoyaron económicamente, mientras él aceptaba trabajos como guionista por cantidades mínimas, muchas veces sin cobrar.

«Algún multimillonario me ha dicho que hasta que no te arruinas tres veces, no haces dinero de verdad»
El segundo episodio tuvo un origen distinto, aunque la consecuencia fue similar: la pérdida casi total de su capital. Esta vez fue la especulación bursátil lo que lo arrastró. Tras escuchar cómo varios conocidos obtenían importantes beneficios con inversiones diarias, decidió entrar en el mercado. Las ganancias iniciales fueron rápidas, pero efímeras. En cuestión de días perdió el 75 % de lo invertido. «Cuando quedaba casi nada, lo saqué», admitió. La lección fue clara: el dinero rápido puede ser extremadamente volátil y peligroso.
Lejos de conformarse con el éxito televisivo, Motos ha sabido diversificar sus ingresos a través de su productora y otros activos. Su residencia principal se encuentra en Madrid, su centro de operaciones, y desde donde dirige su carrera con la visión empresarial de quien ha aprendido de sus errores financieros. En su intervención en el podcast, ironizaba con una frase que deja entrever el aprendizaje tras cada crisis: «Algún multimillonario me ha dicho que hasta que no te arruinas tres veces, no haces dinero de verdad».
Hoy, el conductor valenciano afronta una nueva temporada televisiva con la seguridad de quien no solo ha triunfado frente a las cámaras, sino que ha convertido cada tropiezo en una lección estratégica.