Nuestro adiós a Iris Apfel, el ‘icono accidental’ de la moda
Cuando hablamos de iconos, conversamos sobre aquellas personas que han marcado una era, que han cambiado el mundo con su forma de ver y su figura se establece de forma eterna en nuestras vidas. Hoy decimos adiós a un referente de la moda, una mujer de Nueva York que conquistó al mundo con su estilo, su humor, su pelo blanco y sus grandes gafas de pasta. Esta es nuestra personal despedida al icono de la moda Iris Apfel.
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Según conocíamos hoy, la empresaria estadounidense fallecía a los 102 años en su casa de Palm Beach, en Florida. Apfel era una mujer excéntrica y lo mostraba día a día con sus looks. El estilo de vida que practicó durante más de un siglo hicieron de ella una superestrella de las redes sociales. El gran mérito de esta socialite es muy simple, puesto que se mostraba a sí misma en todo su esplendor sin esconder su excéntrica personalidad y sus coloridos estilismos. Todo ello la llevó a ser una de las mujeres más admiradas en el mundo de la moda.
La fama de Apfel no llegó de forma temprana, puesto que después de toda una vida, se la comenzó a conocer gracias al alcance del mundo digital y, con 84 años, su particular estética trascendió la vida social neoyorquina y acabó en las revistas de moda más referentes, a nivel internacional.
Decoradora de la Casa Blanca
Iris Apfel, formada en historia del arte por las universidades de Wisconsin y Nueva York, empezó su carrera profesional como asistente en la revista Women’s Wear Daily. Su vida en la revista no duró mucho, puesto que conoció al que fue su marido, Carl Apfel, con el que, tiempo después, en 1950, terminarían fundando la firma textil Old World Weavers, con la que llevó a cabo muchos proyectos de interiorismo a lo largo y ancho de Estados Unidos. Aunque su cara no era conocida, se ocupó de grandes labores como restaurar telas y muebles para la Casa Blanca de nueve presidentes, desde Harry Truman a Bill Clinton. Apfel se ganó apodos como «la Primera Dama de la Tela» o «Nuestra Señora de la Tela», pero fue su forma de vestir, y no los interiores, lo que finalmente la colocaron en el punto de mira.
Durante ocho décadas, Apfel recorrió zocos y grandes almacenes, para reunir brazaletes de ámbar, alfileres floridos, collares de chucherías, cuentas de lana hervida, puños tibetanos y alta costura. Según ha relatado a varios medios de comunicación, su primera joya la adquirió con 11 años, en un zoco, siendo la primera pieza de su colección. En otra ocasión, su madre le dio 25 dólares para que se comprara un traje para el desfile de Pascua. «Me compré un precioso vestido de seda en color melocotón pálido, un sombrero de paja y un par de zapatos de tacón, y aún me quedaba dinero para el café y la comida», contó a The Guardian.
Su exposición en el Museo Metropolitano de Nueva York
Sus grandes hitos no sólo han venido marcados por sus labores en el mundo de la decoración, puesto que en 2005, el Museo Metropolitano de Arte (MET), decidió hacer una exposición con piezas del armario de Apfel, que mezclaban hallazgos de mercadillo con alta costura. Nada y más y nada menos que 40 piezas ubicadas bajo el nombre de Rara Avis: The Irreverent Iris Apfel. Ella se denominaba así misma como un «icono accidental» de la moda, así que este fue un gran reconocimiento a su gusto por la moda.
«Siempre he vestido de forma diferente, y nada en mi estilo había cambiado respecto a hace 50 años, pero de repente me convertí en una atracción para el público. Las revistas querían entrevistarme, me llovían ofertas para diseñar moda, joyas, accesorios”, cuenta Apfel al The Times, en una entrevista en el año 2019.
La Barbie de Iris Apfel
El icono siguió creciendo en 2014, cuando el cineasta Albert Mayles rodó un documental sobre su vida, llamado Iris, disponible en la plataforma Netflix. Las marcas se la rifaban y todo el mundo quería hacer proyectos con Iris, puesto que su personalidad y su estilo se habían convertido en una moda eterna y su arrolladora personalidad cautivaba al mundo cada vez que se mostraba. Motivos por los que, en 2018, Mattel fabricó una Barbie inspirada en ella y, un año más tarde, con 97 años, firmó su primer contrato como modelo con la prestigiosa agencia IMG.
Puede que muchos estén de acuerdo y otros no, pero Iris Apfel fue un referente y, a nivel personal, para mí fue un icono. Recuerdo la primera vez que la descubrí y me quedé embelesado con sus composiciones estéticas, su dominio del color y su habilidad para mezclar el animal print con tanta habilidad. Esa sonrisa eterna y esas gafas de pasta que cubrían casi todo su rostro, transmitía buenas vibraciones y muchas veces me preguntaba ¿cómo es posible que tenga esa vitalidad?, para terminar descubriendo que su alma era joven, que disfrutaba de los días como si fuesen el último y que hacía la vida suya. Ahí aprendí que estamos destinados a vivirla y que lo hagamos como queramos. Adiós, Iris, y gracias por enseñarnos tanto.