Las tendencias en belleza no hacen más que crecer y la innovación está presente sobre un mundo al que le queda un gran camino por avanzar. Nos gusta investigar y encontrar nuevos remedios que mejoren nuestra apariencia, para que el tiempo no afecte a nuestras líneas faciales y que, en la medida de lo posible, sea sencillo. Hemos encontrado una nueva técnica, llamada mewing, la cual se ha hecho viral a través de las redes sociales y es capaz de redefinir el contorno facial.
Esta técnica es reciente y nació gracias a los memes de las redes sociales. El mewing se ha hecho viral bajo la creencia de que haciendo unos ejercicios con la lengua se puede emular un contouring de mandíbula, redefiniendo el contorno inferior del óvalo facial, consiguiendo un efecto que se puede asimilar al que se consigue con el ácido hialurónico. Algo que suena prácticamente imposible sólo con presionar la lengua de forma constante y repetida contra el techo del paladar.
La clave para que la práctica sea efectiva es, lo primero, entrenar la posición de la lengua. Hay que apoyarla en el paladar y presionar con suavidad, moviéndola de forma suave y hay que evitar tocar los dientes, porque esa compresión podría llevar a desviarlos. Por otro lado, se recomienda emular todo el tiempo la posición que adquiere la lengua cuando tragamos. Una postura que define el apoyo correcto que deberíamos mantener durante todo el día, menos al hablar y al masticar.
Los ejercicios que se recomienda hacer día a día están relacionados con actividades de lo más cotidianas. Por un lado, cuando bebes agua, se recomienda aguantar esos pequeños tragos en la boca y dejar la lengua en esa posición durante unos diez segundos. Otro es realizar un sonido con la boca con las consonantes ng juntas y mantenerlo unos segundos, pero la más curiosa es la de intentar tocar la punta de la barbilla con la lengua durante unos instantes, puesto que esta acción ayuda a favorecer la elasticidad del frenillo.
Los beneficios de la técnica son varios. El primero de todos y el más buscado es el poder hacer un perfilamiento del rostro, de manera natural, con resultados plausibles. También hay que tener en cuanta que estás ejercitando la lengua, uno de los músculos más fuertes del cuerpo. Si no se realiza correctamente la presión en el paladar, los huesos maxilares se van cerrando lateralmente, empeorando progresivamente la mordida, el retrognatismo y la forma mandibular. El mentón pierde parte de su soporte, la nariz se proyecta hacia el suelo y los músculos sublinguales y submandibulares pierden el tono y descienden.
Seguro que a estas alturas te estás preguntando si realmente funciona y hay que ser honestos. Hay luces y sombras. El mewing parece algo fácil, pero hay que hacerlo con precaución, puesto que sí, los músculos se fortalecen más, pero si la lengua no se coloca bien pueden surgir problemas de desequilibrios óseos. Si forzamos demasiado, esta técnica podría llegar a provocarnos serios problemas con la articulación temporomandibular. Puede que la apariencia de nuestro rostro cambie, pero como todo tratamiento de belleza que presume de innovador, hay que ejecutarlo de manera consciente.
