La piel es ese indicador que nos refleja el paso del tiempo. Eso sí, por mucho que sus signos sean inevitables, sí que está en nuestra mano el poder de contrarrestarlo. Y el cómo hacerlo está en saber escuchar, comprender y tratar la piel en cada una de sus etapas. Con la llegada de los 40 años, también vemos cómo esa pérdida de colágeno que comienza a los 25 empieza a surgir efecto y a dejar marcas incorregibles en la piel. Todo ello es evitable si sabes escuchar las necesidades de la piel y te adelantas a sus demandas y consecuencias eligiendo los mejores tratamientos.
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La piel tiene etapas y cada una de ellas, demanda de unas necesidades y ayudas específicas. Como nos explica la Doctora Chacón, directora de Cch Privé, la disminución de colágeno, elastina y ácido hialurónico a partir de los 40 conlleva «una pérdida de firmeza, aparición de arrugas más marcadas, deshidratación y un tono más apagado». A todo ello, se suma que la efectividad de nuestras células a la hora de regenerarse pierde eficacia «lo que hace que la piel tarde más en recuperarse y se vuelva más propensa a la hiperpigmentación», añade.

Qué necesita la piel a partir de los 40
Para saber qué es lo que realmente necesita la piel a partir de estas edades hay que tener un primer punto claro: qué es lo que le está ocurriendo a la piel y qué consecuencias tiene la pérdida de colágeno, elastina o ácido hialurónico. Partimos de la base de que el colágeno y la elastina, como proteínas, y el ácido hialurónico, como polisacárido, son las tres sustancias que retienen y mantienen la hidratación de la piel.
Por ende, su pérdida repercute en la sensación de piel apagada, la pérdida de brillo y elasticidad y la dificultad cada vez mayor de hacer frente a los ataques de los agentes externos, dada la falta de regeneración celular. Algo que, según la Dra. Chacón deja en cabeza del ranking de necesidades de la piel en esta etapa:
- Hidratación intensa, ya que la piel pierde agua más rápidamente.
- Estimulación del colágeno, para mejorar la firmeza y elasticidad.
- Protección antioxidante, para prevenir el daño causado por los radicales libres y el envejecimiento prematuro.
- Renovación celular, para mejorar la textura y luminosidad de la piel.

Cambia tu rutina facial y descubre qué tratamientos priorizar
A los 40, «es fundamental incluir activos potentes que ayuden a mantener la piel saludable y con un aspecto joven», afirma la Dra. Chacón. Algunos de los más recomendados son:
- Retinol y derivados (retinoides): Estimulan la renovación celular, mejoran la textura de la piel y reducen arrugas y manchas.
- Péptidos: Actúan como señales para estimular la producción de colágeno y elastina, ayudando a mantener la piel firme.
- Vitamina C: Potente antioxidante que aporta luminosidad, unifica el tono y protege contra el daño ambiental.
- Ácido hialurónico: Fundamental para la hidratación y volumen de la piel, ayudando a rellenar líneas finas.
- Niacinamida: Reduce la inflamación, mejora la barrera cutánea y combate la hiperpigmentación.
- Ácidos exfoliantes (AHA/BHA): Ayudan a eliminar células muertas y mejorar la textura y el tono de la piel.
- Protector solar SPF 50: Dada la ralentización celular, el protector es esencial para prevenir manchas y el envejecimiento prematuro causado por la radiación UV.

Qué tratamientos estéticos son recomendables a partir de los 40
Sin embargo, bien sea por haber dejado los cuidados en un segundo plano hasta ahora o por factores genéticos, la acción de los cosméticos no ofrece un efecto milagroso. Y hay necesidades que solo pueden cubrirse de forma completa y eficiente acudiendo a profesionales. Eso sí, para después mantener el efecto de los tratamientos desde casa a través del skincare diario.
Partiremos de saber poner el foco en qué tipo de tratamientos debemos priorizar. Dadas las necesidades, la Dra. Chacón recomienda «enfocarse en hidratar, reafirmar y mejorar la calidad de la piel». Algunas de las mejores opciones incluyen:
Inyectables
- Redensificación facial: en palabras de la Dra. Chacón, «uno de los tratamientos más innovadores, ideal para pieles que han perdido firmeza y presentan signos de fatiga o deshidratación». Este suele hacerse tanto con ácido hialurónico no reticulado, que aporta hidratación profunda y mejora la calidad de la piel sin aportar volumen. Como con polinucleótidos, para estimular la regeneración celular, activar la producción de colágeno y elastina. Y, además, para aprovechar su potente efecto antioxidante.
- Bioestimulación con factores de crecimiento: mejora la calidad de la piel, estimulando la regeneración celular.
- Infiltraciones de ácido hialurónico: para hidratar, dar volumen en áreas que lo han perdido y atenuar arrugas profundas.
- Toxina botulínica (botox): ideal para suavizar líneas de expresión y prevenir la formación de arrugas más marcadas.
Láser:
- Láser y luz pulsada (IPL): Para tratar manchas, mejorar el tono y estimular la producción de colágeno.
- Radiofrecuencia y ultrasonidos focalizados (HIFU): Favorecen la firmeza y tensión de la piel sin cirugía.

En cabina
- Peelings químicos: Ayudan a mejorar la textura, eliminar manchas y renovar la piel.
- Mesoterapia facial: Infiltración de vitaminas, minerales y ácido hialurónico para una piel más luminosa e hidratada.