Durante muchos años hemos visto cómo han surgido marcas de moda, analizado su evolución, y visto cómo se han convertido en las grandes protagonistas de una industria de más de 3 billones de euros. Los accesorios son algo que dejamos en segundo plano, tratándolos de una forma superflua y atribuyéndoles una importancia menor. Es un error. Son un añadido a nuestra personalidad y pueden hacernos brillar más aún. Hoy hablamos con un diseñador que ha puesto este mundo en el mapa, que sus mochilas, bolsos y demás complementos han inundado las calles de la capital. Conocemos al diseñador Daniel Chong.
Si no reconoces esta marca, echa un ojo a sus creaciones y me apuesto lo que quieras a que has visto a más de una persona llevar alguno de sus singulares accesorios. Básicamente, la capital se cubre con la personalidad ecléctica y alegre de este creador. Nos citamos con él en uno de sus talleres centrales, ubicado en pleno corazón de Madrid. Según cruzamos las puertas, además de los modelos expuestos, nos encontramos con una eterna selección de tejidos y colores, sobre los que llevan a cabo las creaciones. El aroma del cuero nos embriaga y observamos cómo los procesos artesanales de la marca descubren una calidad Made in Spain.
Daniel Chong es una mezcla de culturas y artes, puesto que es originario de Ecuador, con ascendencia chino-ecuatoriana. Más tarde se trasladó a Argentina, para estudiar comunicación y audiovisuales en la Universidad de Palermo. Aunque la firma parezca más reciente, sus momentos de alumno fueron los que le empujaron a comenzar el proyecto. «Para pagar la carrera, decidí crear una línea de bolsos y vendérsela a mis compañeros y así costearme los trabajos audiovisuales. Con el tiempo empecé a darme cuenta de que tenían más tirón mis accesorios que la carrera en sí».
Su pasión por los complementos no fue algo que surgió de una necesidad, sino que el diseñador es un gran aficionado a los mismos y los califica como «ese elemento extra que complementa tu look». Además, es verdad que, a nivel de producción y tallajes, es mucho más sencillo vender un accesorio que una prenda, puesto que del primero existe un único patrón, mientras que en la moda hay que hacer escalados para diferenciar las tallas y aportar esa amplitud que el mercado reclama.
Los orígenes de Daniel se remontan al año 2009, aunque hasta el 2017, con la llegada del diseñador a Madrid, no se crea una sociedad para establecer la marca como algo oficial. El expertise no era nuevo y el barrio de Lavapiés fue el epicentro de su primera tienda. Aunque parezca una idea con inversión privada detrás, la realidad es que Daniel Chong Madrid es una empresa familiar. Su madre trabaja en el taller central y, además, su hermana cuenta con otro espacio ajeno que fabrica para la firma.
Su crecimiento fue bastante frenético, puesto que abrían una tienda por año, expandiéndose al barrio de Malasaña, Plaza Mayor y Huertas, siendo entre 2018 y 2019 cuando el cambio se empezó a notar y las calles se inundaban de la personalidad creativa de Chong. Después de esto, 2020 llegó y la pandemia nos dejó encerrados en casa. Ahí fue el momento en el que el negocio despegó en plataformas online y pudo sobrevivir al naufragio que tuvieron otras empresas similares.
A pesar de lo que muchos puedan creer, los accesorios se venden bien y este es un claro ejemplo. Después de la pandemia, la ropa ya no nos enteraba y, mientras estábamos de vuelta en el gimnasio, intentando quemar los acumulamientos de tres meses, estos accesorios eran los únicos que representaban lo que éramos. Cuando todo acabó, el resto de la historia comienza para él y el crecimiento de la marca llamaba a su puerta.
Daniel Chong vive la marca con pasión y lo notamos cuando le preguntamos sobre su presencia física, porque sabemos que tiene varias tiendas pero, ¿hablamos de Madrid sólamente? «Tenemos una red propia de tiendas que tienen nuestras mochilas y asistimos a ferias en París, para averiguar lo que hace la competencia, ser mejores y así poder expandirnos». Nos afirma que uno de los puntos positivos para que la distribución sea prolífera es que son una marca familiar, lo cual deja ver la calidad del producto y que la artesanía es su mantra. Un detalle que sirvió para posicionar sus accesorios Barcelona y expandirse a Miami (lugar donde tienen una nave industrial regentada por la misma familia) y ciudades clave como Los Ángeles.
«Se nota mucho la diferencia entre las producciones masivas y las producciones hechas en una empresa familiar. Cuando las cosas están bien hechas tienen alma y cuando se hacen en producciones grandes, el cuidado es mucho menor. Nosotros miramos mucho los detalles y eso se nota». En cuanto al diseño, también analizan lo que ofrece el mercado y es verdad que las marcas desarrollan sus creaciones sobre tonalidades planas, que hacen que la pieza sea inerte. El color no estaba presente y ahí es cuando vieron un nicho de mercado en el que ellos encajaban y decidieron explotarlo para poder ofrecer un producto con una marcada personalidad.
Hablamos con él sobre las copias en la moda o cómo las marcas de fast fashion se inspiran en las creaciones de otros, hasta tal punto que la réplica es casi exacta. Aunque muchas personas puedan pensar que la marca es muy singular y que su nicho es pequeño y poco vendible, grandes corporaciones de la industria han copiado los diseños de Daniel Chong. «Hemos demandado a varias empresas y, a día de hoy, siguen existiendo marcas que fabrican productos similares y los venden a precios ridículos. Es una lucha constante contra el plagio».
Sí que es verdad que cuando quieres replicar algo es complicado, puesto que sus accesorios están hechos a base a materiales reciclados, en concreto botellas de plástico, creando un punto de sostenibilidad. Este material lo que te permite es que sea impermeable, aporta flexibilidad y se termina creando un elemento que es consciente con el planeta. Las pieles también son sostenibles y es que están surtidas en forma vegetal, es decir, que no se utiliza cromo para ser teñidas y eso consigue colores más vivos y naturales. Los algodones también forman parte de sus creaciones y se hacen a partiendo de prendas recicladas que forman parte de la moda circular, es decir, las prendas originales se desmontan y se crean nuevas fibras de algodón, para dar una nueva vida al tejido.
También hay que mencionar que su fabricación es carbon negative, lo que significa que han reforestado para compensar todas las emisiones que han creado con la producción. Su confección es de proximidad, ya que los talleres con los que trabajan están dentro del territorio nacional y la artesanía es la palabra que marca su principal mensaje. Su primera fábrica se localiza en Elche, la segunda en Pamplona, la tercera está en Ubrique y las demás están repartidas por Madrid. «En Ubrique fabricamos todas aquellas piezas que son más exclusivas y, en el resto, es donde hacemos las mochilas, bandoleras y demás».
Una historia que nos muestra que los altibajos no son un obstáculo, sino que te tienes que sentar, reflexionar y buscar una mejora constante para el negocio. Así es como Daniel Chong convirtió su afición en una pasión, que terminó siendo una compañía valorada en varios millones de euros.
