Conocemos la pura esencia de Ladenac de la mano de Patrick Douenat, su alma máter

  • Javi Fernández y Rocío Álvarez
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Comenzando estas líneas, es inevitable pensar ¿qué sensación nos produce un perfume cuando lo olemos? Si lo pensamos detenidamente, la sensación es placentera, alivia los sentidos y nos transporta a un mundo paralelo donde nuestra mente vuela y nos evoca a los recuerdos. Normalmente, asociamos los aromas a una persona, a una experiencia o a un momento. La creación de un perfume es un proceso bastante complejo, puesto que debe cumplir una estructura conformada por ‘Notas de Salida’, ‘Notas de Corazón’ y ‘Notas de Base’, todo ello para crear el equilibrio perfecto entre los elementos que lo conforman. Todo este proceso se desarrolla por los llamados ‘narices’, alguien que es capaz de retratar estados de ánimo, emociones y conceptos a través de la composición de la fragancia. Hemos tenido el placer de conocer y entrevistar a una de las mejores narices del mundo, Patrick Douenat, un hombre con alma de terciopelo, cuya historia es la base de una inspiración a la cual ha llamado Ladenac.

Ladenac
Foto: Patrick Douenat, fundador de Ladenac
Conocemos la pura esencia de Ladenac de la mano de Patrick Douenat, su alma máter
Foto: Ladenac

Perfumería, velas y mikados son su especialidad y no hay elemento que no desprenda una esencia con historia. En una sincera conversación con Douenat, nos ha hablado del pasado, presente y futuro.

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Foto: Ladenac
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«Quise cambiar y quise crear perfumes que puedan hablar a través de las velas. Estaba comiendo con amigos en una Trattoria de Milán, una de esas de Montenapoleone muy famosas, con mucho ruido. Un estilista muy importante en Italia se puso a escribir sobre un pedazo de papel diferentes nombres, y decía Candela, Candela, vela, vela, y Candela, leída del revés, es Ladenac». Así se creó la marca. El diseño vino después del nombre. “Después, con nuestros diseñadores, decidimos empezar a producir velas localmente en Italia. Queríamos introducirnos en el mundo de las velas naturales. Ya entrado en el mundo de los perfumes, que para mí era una inversión de tiempo, de emociones y representan recuerdos que he acumulado durante todos estos años y lo quería transmitir a la gente a través de un olor»

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Foto: Ladenac
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Su proceso no fue, precisamente, un camino de rosas, pero Patrick tenía clara una cosa, la calidad se busca y se tiene que encontrar. “Comenzamos comprando elementos por diferentes partes que encontrábamos. No estábamos contentos con la calidad y, como yo soy muy detallista, insistí mucho en la calidad del acabado de la artesanía, hecho a mano, y pensé ¿dónde puedo comprar una empresa que hace velas de calidad? La respuesta fue clara, España. Decidimos comprar en España, en la zona de Levante, donde hay esos olores de azahar muy importantes que me han marcado cuando fui a visitar la empresa que decidí comprar. Era una empresa con una larga tradición, desde 1884, que utilizaba solo productos naturales”.

Conocemos la pura esencia de Ladenac de la mano de Patrick Douenat, su alma máter

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Foto: Ladenac

Crear una fragancia no es algo sencillo y, mientras conversábamos con su creador, la claridad nos invadía. La sensibilidad es un punto esencial y tienes que poseer esa clave especial para poder crear algo que se salga de lo clásico, algo que sea superlativo. “Hay que saber que la creación de una fragancia es como escribir un capítulo de un libro. No, no es solamente recrear una fragancia, son aromas personales. Yo soy autodidacta, nunca he tenido una memoria olfativa en el tiempo, pero las tendencias mías son de Milán. Creo dibujos sobre líneas rectas porque creo que lo esencial tiene que ser la explosión a través de la de la fragancia. Mi diseño tiene que ser, en cualquier caso, una casa antigua del siglo 16-17, hasta una casa moderna. Ese es mi estilo”, afirma Douenat. “Nosotros utilizamos productos naturales como es la soja, que viene de Italia, o el coco, que viene de esos países del Asia Menor. Utilizamos este último como mezcla y lo mejor, es que lo compramos a pequeñas familias que se ocupan de producirlo. Ayudamos generaciones de padre e hijo a mantener esta tradición. Es lo que buscamos, la cercanía con ellos”.

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Foto: Ladenac
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Foto: Ladenac

El savoir faire que forma la esencia de la marca, inunda los sentidos de todo aquel que percibe sus cuidados aromas y su adaptación al mundo actual ha sido inminente, ya que no consideran que un aroma sea masculino o femenino, su cliente es la persona, el recuerdo. La atención al detalle es algo esencial y lo exclusivo no tiene que ser una imposición universal, tiene que ser atractivo a la vista y provocar a los sentidos con solo verlo. Ese es el mundo de sus perfumes, la temática de sus velas.

Ladenac
Foto: Ladenac
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Foto: Ladenac

“Nuestro público general es femenino y va de 40, 45, 60 años, con un estatus de la vida que quiere cosas simples, con olores que dan recuerdos, pero natural. Reconozco que hay muchos perfumistas muy famosos y aunque yo soy pequeñito, autodidacta, lo que me conduce es hacerlo por pasión” nos confiesa Douenat. “Yo me quedé impresionado cuando vine a vivir en España. Bajé del tren de Barcelona. Había llovido. Caminé por el pasillo de la estación de tren de que no había AVE de Barcelona a Valencia y me quedé impresionado. Me quedé impresionado por esos cinco minutos que tuve disfrutando el olor de la flor del azahar que creaban los árboles. Esas son las sensaciones que marcan un recuerdo, una historia del pasado, de cuando yo vine aquí. Ese es mi perfume favorito. Yo soy muy apasionado de los perfumes amaderados porque he viajado mucho en Asia para buscar materias primas y me quedé muy impresionado de las memorias que creaban sus aromas”. 

Ladenac
Foto: Ladenac
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Foto: Ladenac

Con el fluir de la conversación y ese velo de pasión que contenía su historia, Patrick Douenat nos confiesa, emocionado, que sus aromas preferidos son los que le recuerdan a su infancia, a su casa en Italia, esos que le recuerdan la niñez. “Lo importante es recordar los olores que han marcado nuestra infancia, los perfumes y las sensaciones que nos han regalado. El perfume, para mí, es como escribir una un canto musical y dejarlo marcado con sus notas altas o bajas. Por ejemplo, he creado un difusor que tiene inspiración a los que veía de pequeño, porque su estilo me trae buenos recuerdos. Nosotros contamos que cada perfume de mi colección tiene una historia detrás, como por ejemplo, el dios Hermes. La mitología griega que invadió el sur de la Sicilia. ¿Por qué he hablado de Sicilia? Porque mi mujer vive en Sicilia. Es siciliana y voy al mar. He leído mucho la historia. Hermes de la mitología. Perdía las gotas de sangre que cayeron en el suelo y se creaba el oro violeta, que es el azafrán. Yo cuando creo un perfume me inspiro los olores de recuerdo también a la ambientación de esos olores en una historia contemporánea”. 

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Foto: Ladenac
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Una historia sobre emoción, recuerdos, aromas y azahar, que nos hace apreciar la exclusividad sobre la que reposa la esencia de la marca.

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