Hay algo casi mágico en el momento en que aplicas colorete en tus mejillas. En un sólo gesto, tu rostro cobra vida, se ilumina, se ve más despierto, más fresco, más tú. A menudo subestimado, el colorete es ese producto de maquillaje que, cuando eliges el tono adecuado, puede transformar completamente tu aspecto, realzar tus rasgos y devolverle vitalidad al rostro en cuestión de segundos. No importa si llevas un maquillaje completo o si sólo te das un retoque antes de salir de casa: el colorete correcto puede ser tu mejor aliado para lograr un look natural, radiante y favorecedor. Sin embargo, no todos los tonos funcionan igual para todas. Un mismo rosa puede ser demasiado pálido en una piel morena, o un coral puede verse apagado en un cutis claro. Por eso, es fundamental entender cómo elegir el colorete ideal según tu tono de piel. Para ayudarte, hablaremos de colorimetría. Compartimos los mejores consejos para dar con ese color que parece hecho a medida para ti.
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El primer paso es identificar tu tono de piel, que puede dividirse en cuatro grandes grupos de colorimetría: piel clara, piel media, piel morena y piel oscura. A partir de ahí, es cuestión de encontrar qué tonalidades complementan mejor tu color natural y resaltan tus mejillas de forma armoniosa.
Si tienes la piel clara, los tonos suaves y fríos son tus mejores aliados. Elige coloretes en tonos rosa claro, melocotón suave o malva. Estos colores aportan un rubor natural y evitan que tu rostro se vea sobrecargado. Un ejemplo perfecto sería el clásico Rosy Glow de Dior en tono Petal, que aporta una frescura instantánea a las mejillas.

Para la piel media, los tonos más cálidos funcionan muy bien. Corales, rosas más intensos o terracotas suaves darán vida a tu rostro sin desentonar. El tono Orgasm de NARS, con su mezcla de rosa melocotón y ligeros destellos dorados, es un favorito universal, pero en pieles medias destaca especialmente.

En el caso de la piel morena, puedes permitirte tonos más vibrantes. Los coloretes en fucsia, rojo quemado o ciruela aportan calidez y definen los pómulos de forma espectacular. Un producto como el Exhibit A de NARS, un rojo anaranjado muy pigmentado, puede parecer atrevido, pero bien difuminado logra un efecto precioso.

Para la piel oscura, la clave está en optar por tonos intensos que no se pierdan sobre la piel. El vino, el borgoña, los cobrizos y los tonos ladrillo son opciones ideales. El colorete Sweet Mulberry de Fenty Beauty, por ejemplo, está formulado para destacar sobre los tonos más profundos de piel sin resultar artificial.
