Con la bajada de las temperaturas, el aumento las lluvias y los vientos gélidos, las prendas de punto vuelven a cobrar protagonismo. Y es que, cuando echamos un vistazo al armario puede que la mayoría de nosotros encuentre un cárdigan, una prenda de punto que puede abrocharse por delante con botones o cremallera que, a diferencia del jersey, pueden llevarse por encima de otra prenda. Este otoño los cárdigan son la tendencia más absoluta, ¡lo sabemos! Pero, ¿alguna vez te has preguntado sobre su procedencia? Hoy en COOLthelifestyle te contamos todo sobre la prenda protagonista de la temporada.
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El cárdigan, el fondo de armario del otoño
Cuando oímos la palabra cárdigan visualizamos una prenda de ropa sobria y generalmente comedida, destinada a proteger del frío con estilo. Sin embargo, pocos saben su original inicio: los cárdigan nacen en el campo de batalla.
El cárdigan tiene una procedencia histórica, vívida y feroz. Su inventor fue el séptimo conde de Cardigan, teniente general en el ejército británico. Era una persona arrogante y malhumorada, según los historiadores, pero también adinerado, elegante y seductor.
Como testimonio de sus gustos petulantes, gastaba 10.000 libras al año (12.000 €) en equipar a su regimiento con nuevos y ostentosos uniformes, los cuales, entre otras prendas, constaban de un cárdigan.
Fue considerado un auténtico héroe dadas sus gloriosas victorias, lo que hizo que el cárdigan se convirtiese entonces en una prenda muy popular. Pronto comenzó a producirse de forma industrial, manteniendo calientes a miles de británicos.
Aunque al final esta prenda lleve el nombre del conde de Cardigan, el inicio de su historia data de más atrás. En el siglo XVII, los pescadores británicos y franceses adoptaron esta prenda para mantenerse calientes en los fríos días de invierno en el mar.
En el ámbito femenino, la diseñadora Coco Chanel fue la que impulsó el uso del cárdigan. Chanel buscaba una prenda que sustituyese a los jerséis tradicionales unisex, ya que estos despeinaban el pelo de las mujeres cada vez que se los quitaban.
El cárdigan eliminaba ese problema al ser una prenda abierta, con botones, o directamente sin ellos. La diseñadora francesa promocionó y reivindicó los cárdigan en sus colecciones a lo largo de toda su carrera.
Para el inicio del siglo XXI, el cárdigan ya estaba instaurado en las colecciones de las grandes marcas. Sus versiones y modelos han variado a lo largo de la historia, con opciones para todos los gustos. Por ello, hoy en día, el cárdigan es una prenda presente en cualquier fondo de armario.
Inicialmente hecho con materiales más duros como la lana, el cárdigan de una pieza generalmente tiene botones u otras piezas de sujeción en el frente.
Estos botones ayudan a cerrar la parte delantera, ya sea desde la parte inferior a la superior o quizás sólo hasta la mitad del torso, según el estilo y el corte del mismo. Algunos cárdigan también tienen cremalleras en lugar de botones que pueden ayudan a cerrar el frente de otra manera.
El cárdigan es una prenda cómoda y muy práctica. Puede estar hecho de casi cualquier tipo de material, aunque si se utiliza para conseguir mayor calidez, lo mejor será elegir los materiales más tradicionales: lana y algodón.
Los cárdigan se han hecho cada vez más populares en los últimos años, y tanto modelos masculinos como femeninos los lucen en los desfiles de moda más prestigiosos.
Aunque la rebeca se remonta al siglo XIX, sigue siendo un básico en todos los armarios, independientemente de la edad o el sexo. La pieza es tan popular que la cultura popular se ha apoderado de ella como referente de las prendas de punto.
