Ana Cerrato, fundadora de Cayumas: «Comenzamos vendiendo en los armarios de casa»
Puede que mucha gente piense que la moda española es un mercado nicho que no se conoce mucho, pero tenemos grandes nombres que, durante décadas, nos han puesto en el mapa: Cristóbal Balenciaga, Manolo Blahnik o, de forma más temporánea, Palomo Spain. Posicionarse en el mercado con un producto que marque la diferencia no es algo sencillo, pero si cada paso que das en tu proyecto lo haces con ganas y con pasión, no existen barreras que puedan impedirte el paso. Ese es el aprendizaje que hemos sacado de Cayumas, una marca española (de Madrid) de referencia en calzados de estilo veneciano. Hemos podido hablar con su fundadora y directora creativa, Ana Cerrato, para que nos cuente su historia, su éxito y su relación con Leandra Medine Cohen.
Esta historia comienza con altos vuelos y es que, al comienzo de la conversación, Ana nos cuenta que su carrera profesional la desarrolló como azafata de vuelo y eso le permitió visitar muchos países. De continente a continente, tuvo el privilegio de poder visitar cientos de países y se pudo nutrir de su cultura, además de aprender las tendencias de moda que se respiraban en cada destino.
Cuando llegamos a la tienda de Cayumas, encontramos un espacio de color entre una arquitectura madrileña, gris y clásica, que cuenta una parte de la historia de la capital y sabemos que estamos a las puertas de un sueño. Una fachada azul que nos inspira diversión, versatilidad y una originalidad que cuenta con una personalidad propia. Nada más cruzar sus puertas, el color cobra vida y su decoración en madera nos lleva a un sueño veneciano, es como pasar de una película en blanco y negro a una de las coloridas adaptaciones de Tim Burton.
Nos sentamos y conversamos con Ana. Le preguntamos sobre los comienzos de Cayumas: “He trabajado muchos años como azafata de vuelo y he podido conocer la artesanía de muchos países. Siempre he sabido que si emprendía algo, iba a ser rescatando la artesanía real”.
La tradición en el calzado es muy típica en España, pero Ana, también descubrió que tenía una gran importancia en la ciudad de Venecia. “Estaba de viaje con mi marido y descubrí este tipo de calzado y me enamoré. Quería hacer algo con él y ya era hora de emprender, así que estuve buscando un artesano que me las hiciera y, después de un viaje por Friuli, encontré un artesano de quinta generación”. Para los curiosos sí, consiguió comenzar a trabajar con él, pero el destino dio un giro de volante para Ana y para el mundo entero.
Con todo encargado, llegó la pandemia y a todos nos tocó quedarnos en casa, pero no pasaron muchos meses hasta que las cajas llegaron, el sueño de Cayumas estaba aún más cerca. Esa fue la época en la que surgió esta designación, siendo un juego de palabras entre el nombre de su hijo Cayetano y su hija Uma. De ahí, nació Cayumas.
El tiempo y la calma, dieron a Ana y a su marido la oportunidad de comenzar a desarrollar el proyecto y lo primero y más importante, el producto final. Cuando abrió las solapas de esas cajas procedentes de Friuli, Ana supo en el instante que hizo una muy buena elección con los tejidos, tanto con los terciopelos, los ribetes, los interiores, etc. Cada diseño llevaba un nombre y todos son de diferentes óperas de referencia, puesto que ambos dos son unos grandes apasionados de la misma.
Su casa se convirtió en un atelier y sus armarios en expositores de los nuevos modelos de Cayumas. “Nuestra casa es grande, así que la convertimos en una especie de tienda, con los armarios llenos de zapatillas y la boardilla que nos servía de almacén”. Después de ello, Ana nos confiesa que su primera campaña de marketing fue el clásico boca a boca, puesto que avisaron a amigos y a las mamas del cole, para que, menos de una semana, tuvieran que encargar una segunda producción porque se las llevaron ipso facto.
Aunque ya se habían abierto una cuenta de Instagram con la que acercarse a ese público objetivo, llegó el momento en el que tenían que buscar un lugar, un espacio donde poder tener sus diseños y que estén al alcance del viandante, además de sacar el espacio de trabajo del hogar.
Mientras hablamos con ella, su historia atrae, esa magia con la que se ha construido la marca y todo el cariño que tiene detrás, nos hace imaginarnos ese mundo idílico del mundo de la moda y, Ana, nos ayuda a soñar con él. Sus diseños son una mezcla de tonalidades que conviven y combinan, que atraen la mirada y emulan a esa obra de arte de la que no puedes despegar la vista.
Si llevas una Cayumas se nota y de eso se dio cuenta Leandra Medine Cohen o, como muchos la hemos conocido, Man Repeller. Mientras las dos coincidían veraneando en Ibiza, Leandra se acercó a Ana mirando sus pies. “Leandra se acercó a mí por las Cayumas y yo no sabía quién era ella, hasta que me contó la historia de Man Repeller y ahí me di cuenta de quién era”. Las dos entablaron una amistad, un vínculo a través de un calzado que respira la artesanía de Venecia. “Leandra había visto las Cayumas en un artículo de Vogue sobre la Copenhague Fashion Week y estaba loca por hacer una colección juntas y, de ahí, nació Café Leandra”.
Cuando Ana cuenta su historia, desde Venecia hasta Leandra, vemos cómo los ojos se le iluminan y su sonrisa se vuelve cómplice de esos recuerdos que le han llevado hasta donde está. Le preguntamos por el futuro y nos cuenta que lo ve mágico, lleno de artesanía y de telas procedentes de todo el mundo.
Cayumas es Ana, Ana es Cayumas, dos mundos que se han dado la mano y uno es la extensión del otro. Esa es la magia que transforma la moda en algo superior, lo que transforma un concepto en toda una ilusión y la que hace que la mente vuele para crear auténticas fantasías.