Cuántas veces nos ha pasado que nos hemos sentado en el sofá a ver una película y hemos visto unas casas que representan fielmente nuestros sueños, llegando a fantasear con la posibilidad de vivir ahí un día. Desde la pequeña villa cerca de Londres de The Holiday, pasando por la casa que nos mostraba Will Smith en el Príncipe de Bel Air o incluso la mansión de El Lobo de Wall Street. Los fanáticos de Solo en casa están de suerte, ya que después de varios años, la mansión de la familia McCallister sale a la venta.
Eran las navidades de 1990 cuando conocíamos este escenario. Mientras veíamos cómo Kevin McCallister se quedaba solo en casa y la defendía a capa y espada, veíamos una majestuosa mansión de tres pisos en un tranquilo barrio de EEUU. Muchos pensaban que era un escenario ficticio, pero poco tardaron los fans en localizar la construcción y darla a conocer.
Ubicada en el 671 de la avenida Lincoln, en Winnetka, a orillas del lago Michigan y a una media hora de la ciudad de Chicago en coche, tiene cinco dormitorios y seis baños, además de un garaje adjunto con capacidad para tres coches. Si siempre has pensado que la casa parece grande, estás en lo cierto, e incluso podríamos decir que es más amplia de lo que aparenta en el largometraje.
La fachada tiene una identidad muy propia, de estilo neoclásico y muy similar a las construidas en Estados Unidos hace un siglo. Es verdad que es la parte que menos ha cambiado de la casa, excepto aquellas estatuas que estaban en el comienzo de las escaleras, con las cuales todo el mundo tenía accidentes (el pizzero incluido). Y lo que en la película no se ve y se obvia bastante es la cantidad de espacios verdes que tiene la parte delantera de la casa.
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Cuando cruzamos la puerta, lo primero que nos encontramos es la escalera, sobre la cual denotamos un pequeño cambio: la moqueta. Ese momento en el que, en la primera película, Kevin se deslizaba por la escalera con un trineo. Aunque eso nos traería grandes recuerdos, es verdad que la elegancia del interior es muy actual y es como si Solo en casa se hubiese trasladado a 2024, con una reforma integral hecha en el 2018. Su interior es otro, pero su esencia de las tres plantas, la misma.
En la planta baja, a un lado, encontramos un enorme salón conectado con una cocina totalmente actualizada. Es más, aquellas losas de color verde azulado ya no están y es mucho más amplia de lo que se ve en la película. Se ha conceptualizado con dos islas y el objetivo de ser un espacio social más, además de contar con varios espacios secretos como una puerta que dirige a una amplia alacena que está construida como una habitación aparte.
Si bajamos a ese sótano, donde el protagonista pasaba tanto miedo, ha pasado de ser el hogar de la caldera a una sala de juegos completamente ambientada, con sofá, televisión y un billar, además de tener una gran mesa de póker con un mueble que da soporte a la zona de bar. Ahí, nos podemos asomar a una pequeña terraza, que da directamente a una pista de baloncesto. Además, y no muy lejos de ahí, encontramos un cine con butacas de cuero al estilo años 90.
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Otra parte importante es el salón, que está concebido para el descanso y el ocio, amenizado con una televisión y una chimenea como elementos centrales de la misma. Alrededor de estos se organiza el espacio, con sofás corridos y butacas que crean un espacio cerrado pero al mismo tiempo muy amplio, nada invadido por la mesa central baja de cristal.
Subiendo al primer piso, nos encontramos con tres habitaciones, a las cuales se les suma una suite principal, la cual tiene baño en suite, además de un amplio vestidor. Los papeles pintados de la pared han desaparecido para dar lugar a una decoración neutra entre blancos y madera, pero se mezcla con algún mueble clásico, para que la casa conserve esa esencia que ha tenido durante décadas y que ha marcado la infancia de varias generaciones. ¿Su precio? Nada más y nada menos que 5 millones de euros.