Del Palacio de Cibeles al Círculo de Bellas Artes, el Madrid de Antonio Palacios
La arquitectura de Madrid es un fascinante viaje a través de los siglos, donde diversos estilos y corrientes artísticas han dejado su huella. Hoy nos detenemos a comienzos del s.XX, en la figura de Antonio Palacios, responsable de que Madrid hoy en día luzca hermosa y ecléctica. Este año se cumplen 150 años de su nacimiento y su obra se puede ver en el barrio de Salamanca, en la red de Metro… pero la más destacada es la que se halla en la zona que va de la Puerta del Sol a la Plaza de Cibeles. Hablamos del Círculo de Bellas Artes, del Palacio de Cibeles y del actual Instituto Cervantes. Te (re)descubrimos Madrid.
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Palacio de Cibeles, de Correos a sede del Ayuntamiento de Madrid
Cuántas veces habrás pasado por el Palacio de Cibeles, actual sede del Ayuntamiento de Madrid, sin (quizá) conocer su historia. Antonio Palacios, tras apenas acabar la carrera de arquitectura, ganó junto Joaquín Otamendi el concurso para construir este Palacio en el solar de los jardines del Buen Retiro. En 1919, tras doce años de obras, Alfonso XIII y Victoria Eugenia inauguraron el edificio destinado a servicios de correos, telégrafos y telefónicos, el entonces Palacio de Telecomunicaciones.
Antonio Palacios destacó por su eclecticismo, incorporando elementos de diversos estilos arquitectónicos en sus obras, desde el neobarroco hasta el Art Decó. Aunque amaba la tradición arquitectónica, el arquitecto fue un gran pionero y experimentó con materiales contemporáneos utilizando técnicas y materiales innovadores para la época.
En el octavo piso hay un mirador con vistas a la Gran Vía, la calle Alcalá y Paseo de la Castellana. En la planta seis ahora se encuentra la Terraza de Cibeles, donde degustar un buen cóctel mientras contemplas el skyline de la ciudad.
Instituto Cervantes, la cámara acorazada de Madrid
El Banco Español del Río de la Plata, que hoy en día es el Instituto Cervantes, es un claro ejemplo de la obsesión de Antonio Palacios por cambiar la imagen de Madrid y engrandecerla.
Fue inaugurado en 1918 y destaca, sobre todo, por las cariátides que protegen la puerta principal, así como por las columnas jónicas de la fachada. En su interior, sorprende la belleza de una cúpula de cristal y, como banco que fue, posee una cámara acorazada donde hoy descansan manuscritos de autores del siglo XX.
Círculo de Bellas Artes
La atención a los detalles decorativos es una característica distintiva de la arquitectura de Palacios, con fachadas muy elaboradas, como se puede contemplar en el edificio del Círculo de Bellas Artes, con elementos ornamentales, esculturas y relieves.
La obra se llevó a cabo de 1921 a 1926 y se convirtió en un hervidero de artistas, muy frecuentado por Picasso. En 1981 fue declarado Bien de Interés Cultural, reconociendo su importancia arquitectónica y cultural. La azotea cuenta con una de las mejores vistas de la ciudad. Es aquí donde se encuentra, además, la escultura de bronce de Minerva, de Juan Luis Vassallo.
A diferencia de otros edificios de Palacios, el interior del Círculo de Bellas Artes no gira en torno a un gran patio central. El acceso a los niveles se realiza a través de una escalera imperial de doble tiro situada en el extremo del vestíbulo principal.