En Hollywood, por el sur de Francia, en Mallorca, Nueva York… Brad Pitt posee algunas de las mansiones más espectaculares del planeta. El actor las compra para después reformarlas, algunas aún sigue teniéndolas y otras las ha vuelto a poner en el mercado. Su pasión por las propiedades va más allá de la inversión, pues hace un tiempo confesó que le encanta que «la arquitectura sea una gran obra de arte en la que puedes estar». Muestra de ello es su última adquisición por la que ha pagado 40 millones de euros: una casa de principios del siglo XX situada en lo alto de un acantilado en Carmel Highlands, California.
- Arquitectura y naturaleza
- Documentales para saber más de arquitectura
- El estudio de arquitectura de moda en Menorca
El arquitecto Charles Summer Green fue quien construyó esta mansión en 1916. Fue bautizada como ‘Seaward’ y su primer propietario fue el escritor Daniel Lewis James. A lo largo de los años ha pasado por diferentes dueños hasta llegar a manos de Brad Pitt.
Ver esta publicación en Instagram
La vivienda está construida sobre piedra arsénica y granito, materiales que fueron extraídos de la zona. Cuenta con ventanas arqueadas, techo de tejas de estilo Mediterráneo y vistas al Océano Pacífico.
Tiene aspecto de fortaleza medieval. El objetivo de la construcción era que se camuflara con el entorno, haciendo que la casa y la naturaleza se fundieran en uno.
Construida en una sola planta de 300 metros cuadrados, la mansión se encuentra en un terreno 10.000 metros cuadrados, incluyendo el acantilado.
El interior de la vivienda, al igual que el exterior, tiene un diseño de inspiración medieval y rústico. Con salas grandes y de techos altos y revestidos de madera.
Otras propiedades
La pasión de Brad Pitt por las mansiones se remonta a la década de los 90, cuando en 1994 adquirió por 1,7 millones de euros una propiedad en Los Feliz (Los Ángeles). Años después, en Hollywood Hills, se atrevió con el diseño de interiores e hizo, con la ayuda del estudio de arquitectura Graft, su propia casa de piedra y cristal. «Aprendí que hay que renunciar a muchas ideas geniales a favor de la armonía», explicó entonces.
En 2011, el actor se lanzó al sector inmobiliario internacional y en 2011 adquirió una propiedad de 60 millones de euros en la campiña francesa. Llamada Château Miraval, incluye un castillo, helipuerto y una bodega en la que se producen algunos de los mejores vinos rosados.