A todo se le puede dar siempre un nuevo uso, o a casi todo. Sea una joya, una prenda, un accesorio… incluso a una construcción. Hoy en COOLthelifestyle te mostramos un ejemplo de ello: una antigua mina de carbón convertida en un jardín botánico.
Un nuevo y futurista jardín botánico en Taiyuán
Delugan Meissl Associated Architects es el nombre del estudio austriaco responsable del diseño de esta construcción: un jardín botánico con tres invernaderos abovedados y un lago artificial sobre el emplazamiento de una antigua mina de carbón de la ciudad de Taiyuán, en China.
La estructura industrial ha sido sustituida por un espacio público con un paisaje artificial, mucho más agradable a la vista y al medio ambiente; colinas, lagos, pasarelas e incluso cascadas integran el complejo.
Los arquitectos encargados del proyecto han construido tres invernaderos abovedados en el interior del jardín, con las condiciones climáticas necesarias para el cultivo de plantas y especies de flora de diferentes regiones del mundo.
A su vez, se ha construido una edificación que integrara diferentes servicios, entre ellos un museo de la naturaleza, otro de bonsáis, un centro de investigación, una biblioteca…
Las tres cúpulas que podemos ver en las imágenes están construidas con vigas laminadas curvas dispuestas en dos o tres capas cruzadas, de las cuales, una de ellas, con una altura de alrededor de 90 metros, se ha convertido en la mayor estructura de celosía de madera del mundo.
La primera cúpula y la más grande contiene un jardín tropical, la segunda recrea el clima del desierto y la tercera y última alberga un lago con una exposición de plantas acuáticas.
Estos invernaderos están ubicados dirección sur para que puedan aprovechar, en la medida de lo posible, el calor del sol. En este lado, sus estructuras de marco son más abiertas, mientras que en el norte, por el contrario, están cubiertas con una rejilla.
Todas ellas están localizadas cerca de la entrada principal, la cual está formada por un parque ajardinado. Todos los edificios están conectados por senderos peatonales que serpentean alrededor del lago principal.
Nuestro consejo es visitarlo en un día soleado y dar un paseo por el museo de bonsáis al aire libre, integrado en el paisaje y con un laberinto de terrazas en espiral.