Una de las noticias de esta semana es esta: Menorca Talayótica ha obtenido el codiciado reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Después de 14 años de búsqueda de este reconocimiento, se ha conseguido en Riad. «Esta inscripción que no solo honra el impresionante patrimonio prehistórico de la isla, ahora considerado como un tesoro de valor universal, sino que también se espera que impulse la obtención de nuevos recursos destinados a la conservación y la investigación científica de las reliquias de la cultura talayótica en la isla«, explican desde la isla.
Menorca Talayótica es un reconocimiento a los menorquines que, durante años, han preservado sus vestigios prehistóricos, de la época de Bronce y el Hierro. Porque si han llegado a la actualidad así, es gracias a ellos. ¿Un ejemplo? El Talatí de Dalt, uno de los vestigios de la isla, pertenece al payés Bernat Pons, que ha estado años cuidándolo.
La historia
Volvamos al año 2300 al 1600 a.C, es el momento en el que llegan los primeros pobladores, los que empiezan a utilizar la piedra más famosa de la isla: el marés. Símbolo que les representaba y que sigue representando a los actuales menorquines, es algo que ha seguido generación tras generación. Es en este momento cuando surgen las navetas, siendo la más famosa la Naveta des Tudons… De la que hay hasta leyenda.
El periodo talayótico comienza del 1200 al 500 a.C, cuando surgen los talaiots que dan nombre a esta cultura. ¿Y qué son? Grandes estructuras construidas con piedras de gran tamaño, torres circulares que a día de hoy, no se sabe bien cuál es su objetivo. ¿Servían para comunicarse? ¿Para vigilarse? «Puede haber conexión visualmente entre ellas», defiende la arqueóloga Carmen Lara Astiz.
En la última etapa es cuando surgen las taulas, el monumento -por llamarlo de alguna manera- más epatante de la cultura talayótica. Desde Menorca se defiende que no se ha visto nada igual fuera de la isla, y es uno de los símbolos de esta lucha para que todo esto sea Patrimonio Mundial. Esta cultura talayótica era la visión particular del mundo de los menorquines de la época… Y es una visión que no hay ni en el Mediterráneo ni en ningún punto del globo terráqueo.
La defensa
Adolfo Vilafranca, presidente del Consell Insular de Menorca, defiende: «Menorca acoge la mayor densidad y número de yacimientos arqueológicos prehistóricos registrados en una isla a nivel mundial, con un total de más de 1.500″. No solo eso: «Menorca representa un caso único en el que los monumentos se integran armoniosamente en uno de los paisajes vivos y vividos más singulares que existen».
Algunos de esos vestigios: la naveta de Rafal Rubí, Torelló, Trepucó, Torralba d’en Salort, la necrópolis de Cala Morell, el poblado de Torre d’en Galmés, el poblado de Son Catlar, el poblado de Torrellafuda, Torretrencada… ¿Una curiosidad? Se encuentra un monumento talayótico cada siete minutos. Ser Patrimonio de la Humanidad nos permitirá saber más de ellos.