Menorca, la isla más mágica de las Baleares -con permiso de Ibiza-, se está convirtiendo en el mejor refugio del Mediterráneo. En su paisaje manchado por encinas, pinares, acebuches… Encontramos predios y casas de campo, que con cariño y buen hacer, se están convirtiendo en maravillosos hoteles y agroturismos de lujo. Eso sí, siendo conscientes de que el turismo en la isla es slow y que la filosofía debe ser sostenible. El estilo de vida menorquín va por delante de todo. Una de esas casas de campo reconvertidas en refugio, escondida en mitad de la isla -en Alaior-, está nuestro nuevo hotel preferido: Amagatay.
La filosofía
Hay un dicho en la isla que representa bien cómo es dormir y vivir aquí: poc a poc. Sus habitaciones, sus zonas comunes, sus terrazas, sus rincones para leer, sus paseos… Invitan e incitan a todo esto. Amagatay es una finca de 35 hectáreas que acoge huéspedes desde abril hasta noviembre, porque Menorca es una isla a la que acudir siempre. Esa vida poc a poc se vive en otoño con una copa de vino junto a sus braseros y con un baño al amanecer, en verano, en su piscina.
El hotel
«El hotel está formado por un conjunto de construcciones del S XIX que se han restaurado y mantenido en el tiempo, conservando su arquitectura original. La gran casa payesa y los antiguos establos se han diseñado mezclando diferentes texturas y materiales para crear el mejor de los ambientes», nos explican. Por eso el marés, la piedra de la isla, se ve por todas partes… Y el espíritu mediterráneo de Menorca se respira en cada rincón. Todo gracias al trabajo de Virginia Nieto, la interiorista encargada de decorar este maravilloso agroturismo.
A sus alrededores, más de 8.000 olivos que darán su propio aceite, convirtiendo a Amagatay en uno de los preciosos agroturismos de la isla. En su huerto se cultivan muchos de los productos que se degustan en su restaurante. «Comer o cenar en Amagatay es toda una experiencia al aire libre y de puro sabor mediterráneo. Una cocina abierta rompe la división tradicional entre huésped y anfitrión, donde descubrirás nuestra propuesta en la que predominan los platos a la brasa y el marisco», defienden. Podríamos hablar de Amagatay así: una experiencia de puro sabor mediterráneo, en todos los sentidos.