Travis Kelce está viviendo uno de los grandes momentos de su vida. Por un lado, ha jugado la Super Bowl con los Kansas City Chiefs y, por otro, está en su mejor momento con su pareja actual, la artista Taylor Swift. Por motivos laborales, el jugador de fútbol americano se tuvo que mudar a Kansas, con un contrato millonario debajo del brazo de más de 16 millones de euros. La ciudad se ha convertido en el refugio de ambos y han encontrado el lugar perfecto para hacerlo: una imponente mansión en medio de la naturaleza.
Este se ha convertido en su edén de privacidad, ya que antes de ser pareja de la cantante vivía en otra zona más céntrica. Cuando la relación se hizo pública, decidieron buscar un lugar alejado de los paparazzi, además de ser una decisión de ambos, puesto que en ese momento Swift estaba terminando su gira Eras Tour, con un punto y final en Canadá. El sitio perfecto donde la estrella de la NFL y la ganadora de 12 Premios Grammy pasan un tiempo a solas.
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Al igual que Taylor Swift, Travis Kelce prefiere invertir su fortuna en bienes inmuebles, siempre con características que las diferencien de las demás. Algo que también pasa con la mansión en la que residen actualmente. Es la segunda propiedad del jugador en Kansas, con una primera que le costó casi 1 millón de euros y tiene siete habitaciones. Eso sí, antes de comprar esta nueva mansión, el jugador de los Kansas City Chiefs dejó clara su prioridad: quería una fortaleza.
Ubicada en Leawood, una exclusiva zona de Kansas City, la vista desde el exterior nos adelanta que viene representada por el lujo y el confort. Cuenta con más de 1.500 metros habitables sobre un terreno de 4.000 metros cuadrados, además de un frondoso bosque que la rodea, otorgando privacidad absoluta. La construcción de estilo inglés antiguo se sitúa en el interior de una urbanización a la que no es sencillo entrar y tiene seguridad 24 horas.
Su ambiente habla de simplicidad y el blanco resalta en cada esquina del interior. Nada más cruzar su puerta, los suelos de mármol son los protagonistas, vistiendo un espacio semiabierto en el que se mezcla lo clásico con lo moderno. Un amplio salón donde la madera cobra vida, que se baña de luz con los grandes ventanales que dan al jardín y se une a un comedor para diez personas. Como epicentro de la casa, hay una amplia cocina de chef, que se convierte en el espacio donde los momentos personales y entre amigos crean recuerdos.
La parte de arriba tiene seis habitaciones, una menos que su mansión anterior, y todas cuentan con su propio baño, además de uno adicional para invitados. En la suite principal destaca un gran vestidor blanco, aunque Taylor Swift necesitaría uno más amplio, ya que es bien conocido su amor por la moda.
La zona del sótano cuenta con personalidad propia y es que el jugador de la Super Bowl lo ha convertido en un espacio para reunirse con sus amigos, donde la madera oscura se combina con el cuero y le da un toque inglés que acompaña a la esencia arquitectónica de la casa. Además, cuentan con una bodega y un bar que aseguran el entretenimiento.
Cuando vemos la zona del exterior, nos evoca a esos jardines de las mansiones de Beverly Hills, pero con aires de la Riviera francesa, ya que hay varias hamacas, además de sombrillas, todo rodeado por el frondoso bosque.
También cuenta con una pista de tenis, una cascada, un jacuzzi y un campo de golf en miniatura para que Travis Kelce pueda practicar su deporte favorito.
Una mansión que es ideal, que les permite huir del mundo y refugiarse en una vida de pareja, por la que el jugador de la Super Bowl ha pagado cerca de 6 millones de euros.
