Hay casas con vistas. Y luego está Cuatro Lunas, la finca en Marbella de Julio Iglesias, desde la que se domina el Mediterráneo, el perfil de las montañas y el eco silencioso de los veranos pasados. Es allí donde sus hijos, por parte de Mireanda, pasan parte de las vacaciones cada año, entre ellos Michael, Victoria, Cristina o Guillermo, en una propiedad que no es sólo sinónimo de lujo, sino también de raíces y memoria familiar.
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Situada en Ojén, a pocos kilómetros de Marbella y de Puerto Banús, Cuatro Lunas se extiende a lo largo de casi 450 hectáreas de terreno. A simple vista parece un cortijo andaluz de ensueño, pero tras sus muros se despliega una auténtica aldea privada, con múltiples residencias, establos, helipuertos, pistas deportivas y una bodega de dimensiones espectaculares. Todo cuidadosamente orquestado para ofrecer algo más que descanso: una vida pausada, discreta y profundamente conectada con la naturaleza.

La mansión de Julio Iglesias en Marbella
Julio Iglesias compró la finca en los años 90 y desde entonces la ha convertido en su gran joya inmobiliaria. Aunque pasa gran parte del año en Punta Cana o Miami, Marbella sigue siendo su lugar emocional de referencia, y así lo demuestran sus hijos, que regresan verano tras verano para reconectar entre caballos, cenas al aire libre y atardeceres interminables.
La casa principal, de estética andaluza clásica, cuenta con una suite de 400 m², amplios salones, una sala de grabación, biblioteca, bodega subterránea y hasta una capilla privada. Desde la terraza, el paisaje parece una postal infinita de mar y montaña, interrumpido sólo por el rumor del viento entre los alcornoques.

Pocos lugares en la Costa del Sol ofrecen esta combinación de intimidad, espectacularidad y libertad. La finca cuenta con dos helipuertos, lo que permite acceder desde el aeropuerto de Málaga en minutos, una bodega con más de 2.000 botellas, cuadras, huertos ecológicos y varios kilómetros de caminos privados por los que la familia monta a caballo, pasea o entrena en quad.
A esto se suman tres piscinas, entre ellas una infinity pool rodeada de palmeras, pistas de tenis, un gimnasio privado y varias zonas de estar exteriores pensadas para disfrutar sin que nadie te vea. La discreción es parte esencial del encanto.

Tres casas más dentro del paraíso
Además del edificio principal, Cuatro Lunas incluye otras tres viviendas independientes:
- Casa del Lago, ideal para invitados y celebraciones informales.
- Casa de la Huerta, con cinco habitaciones, piscina privada y bodega-comedor.
- Y una tercera casa, más íntima, con cocina, salón, lavandería y su propia terraza.
Este sistema de casas satélite permite que los hijos del artista puedan vivir su verano con libertad y a la vez en familia. Cada uno con su espacio, pero compartiendo comidas, paseos o tardes de piscina.
Pero más allá del valor , se estima que la finca está tasada en 150 millones de euros, Cuatro Lunas tiene un peso sentimental difícil de calcular. En ella se casó Julio con Miranda Rijnsburger en 2010, allí han crecido sus cinco hijos más pequeños y también fue el lugar que reconstruyó con mimo tras el incendio que en 2012 arrasó parte del terreno.

Los veranos en Cuatro Lunas son rituales familiares, no sólo vacaciones. Michael Iglesias, por ejemplo, ha regresado este año con su novia Julie Steen, como antes lo hicieron sus hermanas Cristina y Victoria, a menudo compartiendo en redes momentos montando a caballo o cenando en el porche.