Hay estaciones que no sólo se sienten en el aire, sino que también se viven en cada rincón de casa. El verano es una de ellas: explosión de luz, alegría en los detalles, y una invitación constante a compartir. Y, ¿qué mejor lugar para celebrarlo que la mesa? Más allá de los ingredientes frescos y los cócteles con hielo, una vajilla colorida puede convertirse en la clave para transformar cualquier comida en una auténtica experiencia veraniega. Descubre estas vajillas para trasladar el verano a tu mesa.
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Vajillas de colores porque el verano también se saborea con la vista
Colores vivos, formas orgánicas, combinaciones atrevidas… Todo habla de vacaciones, de momentos compartidos y de ese espíritu libre y despreocupado que define al verano. Poner la mesa con platos en tonos turquesa, coral, amarillo limón o verde lima es como abrir una ventana directa al Mediterráneo. No hace falta estar frente al mar para sentir su influencia: bastan unas piezas bien elegidas para traer esa sensación hasta tu comedor.
Una de las grandes ventajas de las vajillas coloridas es que permiten romper con la monotonía. No hay reglas estrictas ni necesidad de que todo combine a la perfección. De hecho, lo más interesante es la mezcla: platos de distintos estilos, cuencos con estampados florales, vasos de cristal tintado o bandejas con diseño artesanal. Acompañar la vajilla colorida con manteles de lino en tonos claros, servilletas estampadas o caminos de mesa con motivos tropicales refuerza aún más la sensación de frescura y ligereza.
La Cartuja de Sevilla
Esta emblemática marca andaluza ofrece vajillas con diseños florales y colores vibrantes inspirados en la naturaleza mediterránea. La combinación de azules, verdes y naranjas da un aire fresco y alegre, ideal para ambientes veraniegos y sofisticados a la vez. ¿Nuestra favorita? La colección Azahar.
AZarraluqui
De Andrea Zarraluqui, dicen que sus vajillas son arte e imaginación sin límites. Creció dibujando y amando la cerámica, lo que le llevó a pintar a mano increíbles universos en platos de porcelana. En ellos siempre predomina la naturaleza y tiene una técnica, aprendida en las mejores escuelas de diseño del mundo, absolutamente exquisita que se aprecia en cada trazo. Además, en COOL la entrevistamos. ¡Puedes verla aquí!

Déborah Abizanda
A diferencia de muchos otros creadores, el camino de Déborah Abizanda hacia la cerámica no fue fruto del azar ni una vía de escape de la rutina: fue una elección vocacional. Desde niña encontró en sus manos una forma natural de expresarse, y con el tiempo ha convertido esa habilidad en un arte. Sus vajillas pintadas a mano son auténticas joyas, pero si hay una pieza que despierta verdadera obsesión es su encantador juego de salero y pimentero con forma de calabazas, una delicia para cualquier mesa con personalidad.