Mientras muchos compiten por tener las mansiones más lujosas, con metros interminables y jardines diseñados por paisajistas estrella, Elon Musk ha optado por una vida radicalmente opuesta: hoy vive en una casa prefabricada de apenas 50.000 €. Sí, el hombre detrás de Tesla, SpaceX y X cambió los palacios por un cubo minimalista de 36 metros cuadrados. ¿La razón? Libertad.
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Aunque no es el único personaje conocido en apostar por este tipo de viviendas (actores como Robert Redford o dentro de nuestras fornteras, Paula Echevarría), Musk lleva el concepto al extremo. En 2020, anunció públicamente que vendería casi todas sus propiedades. «No voy a poseer ninguna casa», escribió en la red social que acabaría comprando poco después. Y cumplió su palabra: puso a la venta sus siete mansiones en California, valoradas en más de 100 millones de euros. Algunas de ellas eran verdaderos iconos, como la histórica residencia de Gene Wilder o una mansión de estilo mediterráneo en Silicon Valley con su propio embalse y techos de seis metros.
Pero el nuevo hogar de Musk está lejos de esas extravagancias. Según The New York Post, se trata de una vivienda prefabricada, plegable y compacta, fabricada por la startup Boxabl y situada cerca de la sede de SpaceX en Boca Chica, Texas. El modelo, bautizado como The Casita, se configura como un estudio único: una gran estancia con cama, salón, cocina completa y un baño. Todo funcional, todo en apenas seis metros por lado. Según sus creadores, este tipo de casas pueden instalarse en cuestión de horas y son transportables, como si de una casa de muñecas futurista se tratara.
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Lo que sorprende no es sólo el tamaño, sino la renuncia deliberada al lujo. A diferencia de otros millonarios que buscan privacidad en fortalezas ocultas entre viñedos o en islas privadas, Musk opta por la cercanía a su trabajo, la eficiencia energética y la sencillez. Se trata de una vivienda austera, donde el CEO de SpaceX hace sus llamadas desde una simple mesa de madera. Nada de mármoles, ni piscinas infinitas.
Elon Musk y su obsesión por el espacio
Detrás de esta decisión no hay sólo una intención estética o caprichosa. Musk, que ha manifestado en varias ocasiones su intención de colonizar Marte, parece estar ensayando un estilo de vida más terrestre, sobrio y replicable.
Además, su cambio también plantea una crítica al consumo desmedido: ¿cuánto espacio necesitamos realmente para vivir? ¿Cuánta comodidad es suficiente cuando tienes la vista puesta en la órbita? En un mundo que cada vez valora más la sostenibilidad y la eficiencia, el gesto de Musk puede interpretarse como una llamada a repensar la relación entre riqueza y necesidad.

Según fuentes, Elon Musk vendió sus siete viviendas en California entre 2020 y 2021 por cifras que superan con creces los 100 millones de dólares, recibiendo en total entre 128 y 130 millones.