Estamos en pleno agosto y algunas plantas suelen sufrir con las altas temperaturas. Por ello, es importante tomar ciertas medidas para cuidarlas y evitar que se marchiten. Pero no sólo hay que tener cuidado con las plantas de interior, las de exterior reciben el sol directamente, y son propensas a secarse, o lo opuesto, dañarse por exceso de lluvia debido a las tormentas de verano. Te damos unos consejos para que tus plantas sobrevivan al calor.
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De hecho, desde miniplanta, empresa que ofrece plantas en sus primeros meses de vida, nos dan una serie de consejos para que nuestras plantas luzcan hermosas durante todo el verano.
Regar las plantas a primera hora o por la noche
El primero de los consejos para que nuestras plantas superen el calor, es que las riegues por la mañana temprano o al atardecer, incluso por la noche. Principalmente, para evitar las horas del día donde más calor hace, ya que a esas horas el agua se evapora mucho más rápido.
Aumentar el ritmo de riego
Es importante aumentar el ritmo de riego, unas 2-3 veces por semana es lo normal. Un buen truco es coger un palillo de comida china hecho con madera y meterlo hasta el final de la maceta, si el sustrato está húmedo no se deben regar aún, ya que se pueden empachar de agua.
Refrescar las hojas
Para que las plantas tengan unas hojas brillantes, un buen pulverizado en las hojas es clave para su crecimiento. Además, lucirán mucho más hermosas.
No exponer las plantas al sol
Para evitar que las hojas y las raíces de las plantas se quemen. Es recomendable dejarlas en una zona fresca donde haya sombra y que se mantengan entre los 20 y 30 grados, siempre con mucha luz natural indirecta, con la máxima claridad posible.
Alejarlas de los aires acondicionados
Otro de los consejos que te damos para que tus plantas sobrevivan al calor es que tengas cuidado con los aires acondicionados, las plantas odian las corrientes continuas de aire así que un buen consejo es alejarlas de estas corrientes.
¿Y si nos vamos de vacaciones? Si vas a estar fuera más de una semana, lo ideal es que alguien de confianza pueda seguir cuidando de ellas. O si lo prefieres, puedes hacerte con un autorriego, de este modo te olvidarás de cuándo toca echarles agua y cuándo no.
