Grandes arquitectos nos han regalado construcciones dignas de admirar a lo largo la historia, y muchas de ellas superando las limitaciones naturales, por no hablar de las alturas alcanzadas en los mejores rascacielos. Echando la vista atrás, si comparamos las obras arquitectónicas de los años 90 con las de hoy, se puede ver esa evolución. Uno de esos grandes arquitectos, que fue una leyenda en vida, nos ha deleitado con muchas obras. Hablamos de César Pelli, un argentino convertido en toda una referencia de la profesión por sus majestuosos diseños y grandes estructuras. Se le denominaba como una rara avis, ya que él siempre quiso mantener el anonimato y así otorgar voz a su obra y que ésta hablara por él.
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Procedente de San Miguel de Tucumán, ubicada al norte de Argentina, el afamado creador creció allí e incluso cursó la carrera en la misma ciudad, en la universidad de Tucumán, resultando titulado en el año 1948. El mundo no sabía la mente privilegiada que acababa de nacer y todos los avances que iba a aportar al mundo de la arquitectura. Años más tarde, en 1952, emigró a Estados Unidos, donde comenzó a trabajar para el finlandés Eero Saarinen, en su estudio, como diseñador de proyecto para la Terminal TWA en el Aeropuerto JFK de Nueva York.
Pelli consideraba que las construcciones debían ser como ciudadanos responsables, y que las cualidades estéticas de un edificio debían crecer a partir de las características específicas de cada proyecto, como su ubicación, tecnología de construcción y propósito.
Posterior a sus labores en la Gran Manzana, el arquitecto se trasladó a Los Ángeles, donde ejerció de director creativo, para después convertirse en Socio de Diseño en Gruen Associates.
Una vez adquirida toda la experiencia necesaria, en 1977, establece su propia firma llamada César Pelli & Associates. Trabajaba mano a mano con su mujer, la paisajista Gijón Diana Balmori, a la cual conoció en el colegio y posteriormente, estudiaron la licenciatura juntos para acabarla con gran esfuerzo, ya que ambos provenían de familias humildes. La pareja comenzó a trabajar a cuatro manos y después de más de una década en el estudio del finlandés Saarinen, les encargaron su primer trabajo, la ampliación del edificio MoMA en Nueva York.
Lo que el arquitecto no sabía era la cantidad de obras de carácter eterno que iba a diseñar, que iban a servir como ejemplo para futuras generaciones e iban a ser admiradas por años.
Una carrera tan importante como la de Pelli se merece un reconocimiento, dando un paseo por el tiempo y visitando una selección de sus majestuosos diseños.
World Financial Center | Estados Unidos, 1988
Fue la primera etapa de Battery Park City, un desarrollo de uso mixto construido a partir de la construcción del World Trade Center. El complejo, de 5,6 hectáreas, consta de cuatro torres de oficinas, con una altura de 34 a 51 pisos; el Winter Garden, un patio público con cubierta de cristal; dos edificios octogonales de nueve pisos, una plaza pública ajardinada y un pequeño puerto. Las cuatro torres fueron pensadas para dar un contexto formal al World Trade Center, suavizando la altura de las Torres Gemelas al rodearlas y acercarse a ellas. A cada torre se le dio una cubierta de cobre distinta: una pirámide, una pirámide escalonada, una mastaba y una cúpula, proporcionando un toque futurista a las desaparecidas Torres Gemelas.
Torres Petronas | Malasia, 1997
Su diseño se desarrolla como la expresión moderna de la cultura de Malasia, así como el símbolo del crecimiento económico que suponía para el lugar. Ambas torres se edifican sobre un pensamiento de usos mixtos en espacios culturales, comerciales y de uso público, situados en un gran parque en el centro de la ciudad. No fue hasta el 2004, con 452 metros de altura, que lo desbancaron como el edificio más alto del mundo. Esta creación es única y partió de una inspiración originada alrededor de las influencias en la cultura islámica, el clima y la luz de Kuala Lumpur, entrelazada a la artesanía y el diseño de Malasia.
Las torres se generan a partir de dos cuadrados superpuestos que forman una estrella de 8 puntas, un patrón que se encuentra frecuentemente en el diseño islámico. A medida que los edificios se elevan, retroceden seis veces y, en cada retroceso, los muros se inclinan ligeramente hacia fuera, añadiendo una complejidad que recuerda a la arquitectura tradicional malasia. Además de su altura, una de las características más impresionantes del proyecto es un puente de dos pisos ubicado en los niveles 41 y 42, en el cual se ubican espacios de circulación, una sala de conferencias y una sala de oración.
Del Bosque | México, 1998
Un año más tarde, se le propone un proyecto en Latinoamérica. Se trata del primer proyecto en México del arquitecto argentino y comprende la sede norteamericana de una famosa empresa de bebidas en una torre de 13 pisos, dos torres residenciales de 31 pisos y un gimnasio. Estos cuatro edificios están situados en un terreno triangular frente al Bosque de Chapultepec, zona de Polanco, al poniente de la Ciudad de México. Los edificios residenciales son dos torres idénticas diseñadas con un plan curvo múltiple y balcones que maximizan las vistas. Para ambientarlas en un estilo mexicano, están revestidos en bandas alternadas de vidrio esmaltado y parapetos de terrazo rojo con acentos de azulejo mexicano esmaltado. Un proyecto que supuso un gran ejemplo del posmodernismo en el país.
Torre Libertad | México, 2009
¿Quién no ha oído hablar del majestuoso edificio donde, en la actualidad, está ubicado el prestigioso Hotel St. Regis en México? Pues para quien no lo sepa, es obra completa de Pellí. Ubicado en Paseo de la Reforma, este edificio forma parte del famoso skyline de la Ciudad de México y es uno de los íconos de esta gran avenida. Se compone de una torre residencial de 31 niveles, con una forma curvada y triangular revestida con un muro cortina de cristal transparente y parasoles de aluminio blanco. Está diseñado de tal forma que desde los espacios interiores se pueda observar la Fuente de la Diana Cazadora. En los tres primeros niveles de la torre se encuentran tiendas de lujo, restaurantes, salones de eventos, un comedor privado e incluso una piscina.
Torre de Cristal | España, 2010
En España también tenemos el gran privilegio de contar con un ápice de sus obras, la Torre de Cristal, que se califica como la torre más alta de España, con 250 metros y se encuentra en el Cuatro Torres Business Área, al norte de la ciudad de Madrid. Como un pozo de cristal, la torre tiene una forma angular y escultural, lo que hace que las fachadas reflejen el cielo, dando vida y movimiento a la estructura. El nivel superior de esta torre de oficinas de 50 pisos contiene un jardín de invierno que, iluminado por la noche, es visible a lo largo del Paseo de la Castellana y en todo el norte de Madrid.
Una de sus innovaciones tuvo lugar en esta construcción, ya que aportó un toque sostenible en cuanto al ahorro de energía, puesto que se utilizó un muro cortina de doble vidrio ventilado de alto rendimiento, que incluye persianas integradas controladas por una computadora central para ajustarse automáticamente según los niveles de iluminación natural, las condiciones y el uso del sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado. Además, cuenta con celdas fotovoltaicas para calentar el agua, ubicadas en la cubierta del edificio.
Torre Mitikah | México, 2021
Uno de sus últimos proyectos volvió a la ciudad de México, el que sería el edificio residencial emblemático de Mítikah: Ciudad Viva, un desarrollo de 11 hectáreas en el barrio de Coyoacán, orientado al peatón, para brindar una experiencia exclusiva a los residentes. El programa residencial de la torre está diseñado para la satisfacción de las necesidades de la familia y de la comunidad, brindando espacios como pistas de baloncesto, spas y terrazas privadas, para que el desarrollo de la vida en el recinto sea cómoda y completa. Dos fachadas de vidrio y acero fluyen sobre las curvas de la forma elíptica de la torre, culminando sobre la cima de la misma para revelar dos “muescas”, orientadas hacia el norte y el sur de la ciudad.
El arquitecto fue uno de los grandes referentes en vida y en el año 2006, recibió el Premio a la Vida y Obra, otorgado por el Premio Obras Cemex. Y en 2012, la Fundación Konex le dio el Premio Konex de Brillante como la figura más relevante de las Artes Visuales de Argentina de la década. A pesar de su modesta vida y su perfil bajo, el artista quería que su obra hablara por él y así fue hasta el año 2019, cuando fallece, pero sabía que dejaba un legado que iba a servir de referencia a las siguientes generaciones de jóvenes arquitectos.