Anora fue uno de los largometrajes que más éxito tuvo en los Oscar y, aunque fuese una de las películas más esperadas del año, el resultado fue (casi) sorprendente. La historia es la de una cenicienta moderna, más actual. Tiene lugar en la ciudad de Nueva York y, como toda buena historia, viene vestida por elementos externos y, en este caso, hablamos de una majestuosa construcción en el corazón de Brooklyn. Nos adentramos en el interior de esta multimillonaria mansión.

Situada en el área de Mill Basin, es la residencia de la familia de Vanya, el oligarca ruso con el que se casa la protagonista, y se convierte en un escenario clave para las escenas de fiesta y drama en la película. La historia ganó la Palma de Oro en Cannes y, en la noche de los Oscar, arrasó con cinco premios, incluido el de mejor película. Esta no sólo resalta por su interesante estética, sino por su papel en el epicentro de la trama, y este lujoso lugar se convierte en un integrante más del elenco de la película.
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En cualquier producción hay una persona encargada de buscar las localizaciones, pero fue curioso cómo encontraron esta. El director de Anora, Sean Baker, es conocido porque tiene una mirada bastante singular para encontrar localizaciones que vistan sus historias y esta era un reto. Lo solucionó de una manera curiosa: es que buscó por Google cuál era la mansión más cara de Brooklyn y este fue el resultado. Además, los dueños originales son oligarcas rusos, así que la ambientación de lujo en su interior ya estaba lista en este lugar tasado en casi siete millones de euros.

Ubicada en una pequeña península frente al mar, en una localización donde las mansiones millonarias destacan, la superficie de esta cuenta con 1.300 metros cuadrados y los acabados exclusivos bañan cada milímetro de espacio. Entrando al espacio, vemos que la luz inunda por completo el entorno, algo perfecto a la hora de grabar.

Sobre un suelo de piedra, destaca una escalera de bronce y vidrio que une el primer y segundo piso, dando ese toque de lujo más clásico. Los espacios son diáfanos y la zona de estar se une con una gran mesa de madera con capacidad para doce personas, además de un área de ocio que se une a una amplia cocina de estilo chef, que destaca por los muebles en madera oscura.

La zona de descanso, en concreto la suite, tiene unas vistas incomparables y está decorada en tonos beige, combinado con detalles en madera y unas lámparas personalizadas con cristales. En la zona de los baños predomina el mármol y lo hace en un color azul agua, que combinado con líneas en blanco evoca a las olas del mar.

En el exterior, las zonas verdes acompañan a una piscina de 93 metros cuadrados y, como es habitual en las mansiones de Estados Unidos, en su interior hay un cine privado. Otro detalle que se puede ver en Anora es la enorme flota de coches de lujo que figuran y es que el magnate propietario de la misma cedió de forma altruista su colección.

Aunque la mansión sea un importante punto que viste la historia, la producción habló con los vecinos para que se integraran en la misma y que la vida que se observa sea normal. Una fórmula que ha resultado ser multipremiada con algunos de los galardones más relevantes del mundo.
