Solemos decir que la llegada de la cena de Navidad da el pistoletazo de salida a una de las épocas más maravillosas (y estresantes) del año. Reencuentros, buenos menús y champán de excepción en la nevera. Sin embargo, también es cierto que los niveles de estrés suelen dispararse. Los excesos, las expectativas y las reuniones con personas, muchas veces, que no son de nuestra especial devoción, pueden hacer que algo mágico termine volviéndose trágico. ¿Cómo enfrentarse a situaciones que nos abruman? ¿Cómo lidiar mejor con las posibles discusiones en torno a la mesa? Aquí te dejamos algunos consejos.
¿Por qué discutimos?
En primer lugar es importante pararse a pensar, por un segundo, por el motivo por el que muchos relacionamos la cenasde Navidad con discusiones familiares. Hablaba Sigmund Freud del ‘narcisismo de las pequeñas cosas‘, esto es, que personas que se parecen mucho entre sí se obcecan en resaltar las pequeñas cosas que les separan.
Trucos para evitar discusiones
Porque en toda reunión van a surgir discrepancias o diferencias de opinión. Es algo normal y natural. Sin embargo, el problema radica cuando se intenta llevar la razón a toda costa. ¿Hay un familiar narcicista? De nada sirve argumentar o intentar razonar con alguien que solo quiere imponer su criterio o darte lecciones, así que déjalo estar. Añade la psicóloga que para evitar las discusiones lo mejor que podemos hacer es:
1. No hablar de temas comprometidos: la religión y la política suelen ser temas que dan lugar a discusiones.
2. Intentar hablar de cosas del presente: qué hace cada uno, como le va y de cosas en positivo: proyectos, planes , etc
3. No sacar «trapos sucios » del pasado, centrarnos en el presente y en disfrutar estando juntos
4. Es inevitable que en las reuniones familiares pueda haber miembros con los que nos llevemos mejor o peor. Podemos sentarnos cerca de los que nos llevemos mejor y estemos más a gusto
5. Si hay algún comentario desafortunado por parte de alguien intentemos relativizar y no «entrar al trapo», como se dice vulgarmente.
6. Intentemos cambiar de conversación cuando veamos que algún tema se está descontrolando y el ambiente se empieza a caldear.
7. En relación a recordar el pasado, recordemos otras navidades alegres o la parte positiva de otros años. Si es del pasado, siempre en positivo
8. Sobre todo pensemos que es una época del año que dura pocos días, y que en los tiempos que vivimos en los que ya estamos sometidos a suficiente estrés por la pandemia, nos merecemos estar tranquilos y disfrutar de las fiestas.
Cinco claves para reducir el estrés
Nos cuenta la doctora María Consuelo Vilasánchez, psicóloga y miembro de Doctoralia, cinco trucos para lidiar con la llegada de las reuniones familiares:
- Organizarnos con tiempo. Si dejamos todo para el final es normal que nos sintamos más estresados o agobiados. Si organizamos nuestro tiempo y planificamos con antelación nuestras compras, llegaremos más descansados a los días señalados, tanto la parte de los regalos como los platos que vamos a comer o lo que vamos a elaborar.
- Delegar. Intentar no hacer todo nosotros y delegar trabajo en los otros miembros de la familia. Los niños también pueden ayudar poniendo la mesa, cubiertos, adornando, etc, además de nuestra pareja u otros miembros de la familia. Intentar no cargar uno solo con todo el peso de las reuniones si somos los anfitriones.
- Preparar la casa días antes si vamos a recibir a gente.
- Preparar algunos platos el día anterior o días anteriores. Podemos congelar parte de la comida que tengamos prevista para estas fechas o preparar algo el día anterior. También podemos comprar parte de nuestros menús fuera de casa y hacer otra parte nosotros, o directamente comprarlo fuera.
- Recordar que la perfección no existe. No queramos hacer unos platos perfectos ni que nuestra reunión lo sea. Pensar que lo importante es estar con los seres queridos y sobre todo disfrutar de ellos. Dejar lugar para la improvisación.
El estrés por los regalos de Navidad
Como bien señala la psicóloga, «en estas fechas en las que el consumo se dispara, y estamos bombardeados por la publicidad hace ya tiempo, podemos sentirnos ansiosos por la lista de regalos que tengamos que comprar y por el tiempo que tenemos que invertir en ello. Además nuestra sociedad nos hace sentir obligados a comprar en exceso, por lo que todo ello nos hace sentir desbordados».
Consejos para evitar la ansiedad por las compras
- Planificar: no querer comprar todos los regalos a la vez , en el mismo día. Planificar una serie de días para ir comprando regalos y proponernos comprar cada día de esos unos, pero sin que llegue a agobiarnos, dentro de nuestro tiempo, en la medida de nuestra jornada habitual.
- Elaborar una lista con las personas y regalos que tenemos que hacer. Además, en esa lista podemos incluir regalos alternativos, por si el que hemos pensado no lo hay para poder recurrir a otro
- Elaborar esa lista ajustándonos a nuestro presupuesto
- Pensemos que el regalo es importante en cierta medida. Darle mucha importancia al «Regalo perfecto» para cada persona puede originarnos una fuente de estrés importante. Pensemos que lo que cuenta es que esa persona sepa que nos hemos acordado de el, así que relativizar en este sentido también cuenta. Si no ,siempre podemos preguntar a alguien cercano qué podría gustarle, o incluso a la persona que cosas le apetecerían como regalo.
- Intentar, si compramos en tienda física, ir a horas en las que haya menos gente: a primeras horas de la mañana o mediodía. Ir a horas en las que las tiendas o centros comerciales están demasiado llenos supone una fuente de ansiedad añadida Si tenemos muy poco tiempo, siempre podemos recurrir a las compras online.
Tampoco hace falta que para la cena de Navidad demuestres que eres un cocinillas con Estrella. Utiliza los recursos que tienes a tu alcance, pide ayuda a los demás y piensa si puedes encargar algo de la cena/comida que te pueda aliviar la carga de trabajo.
El placer de las pequeñas cosas
Finalmente, prohibidas las comparaciones. Focalízate en ti misma/o, en tus fiestas de Navidad y en que no tienes que demostrar nada a nadie. Las redes sociales no siempre reflejan la realidad. Y sentido común ante todo: ningún evento resulta perfecto, incluidos los planes navideños. Disfruta de las pequeñas cosas y no te preocupes si la cena comienza tarde, se mancha el atuendo nuevo o al árbol se le funden las bombillas. Es mejor reírse de ello.
Llevar el mundo sobre tus hombros y tratar de lograr todo solo durante las vacaciones puede hacer mella en tu mente y tu cuerpo. Tómate un tiempo de descanso, date un capricho y olvida todo lo que tienes que hacer. Planificar a corto plazo y disfrutar del presente son las dos mejores herramientas que tenemos para luchar contra el estrés.