Bienestar

Soy farmacéutica y hoy hablamos sobre la diabetes

(Foto: COOLthelifestyle)

La diabetes es un tipo de enfermedad crónica en la que el cuerpo no puede regular la cantidad de azúcar (glucosa) en la sangre, ya sea porque el páncreas no produce suficiente insulina o porque el organismo no utiliza eficazmente la que genera.  Con el tiempo, los niveles altos de glucosa en sangre pueden causar problemas de salud graves. A día de hoy, sabemos que el cuerpo puede pasar entre 5 y 10 años intentando compensar pequeñas alteraciones metabólicas que no duelen, no se ven y no avisan. Por eso una de cada dos personas que tienen diabetes no lo saben: cuando aparecen los síntomas, la enfermedad lleva tiempo avanzando en silencio. Soy Piluca Barrau, farmacéutica, y hoy hablamos sobre ella en el Día Internacional de la Diabetes. 

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La diabetes tipo 2 no comienza cuando un análisis muestra glucosa alta, sino que empieza mucho antes. Estos son los puntos que hemos de tener en cuenta:

La primera señal no es la glucosa: es la resistencia a la insulina

Durante años, el organismo necesita producir cada vez más insulina para mantener el azúcar estable. La glucosa sigue en valores normales, pero el sistema ya está fallando por dentro. Es el llamado hiperinsulinismo silencioso, una fase en la que el cuerpo:

  • Acumula inflamación
  • Gestiona peor la energía
  • Tiene más hambre
  • Se siente más cansado

Una sola noche de mal sueño puede alterar el metabolismo del día siguiente

Las investigaciones en cuanto al sueño, en lo que se refiere a la diabetes, son claras: dormir 4 o 5 horas reduce la sensibilidad a la insulina y aumenta el apetito, sobre todo por carbohidratos simples. Una semana durmiendo mal puede comportarse como una semana en modo prediabético.

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La diabetes ya no es una cuestión de peso: es una cuestión de inflamación

Muchas veces se relaciona el sobrepeso con la diabetes, pero cada vez vemos más personas jóvenes y delgadas con resistencia a la insulina. El origen está en un cóctel muy actual:

  • Estrés crónico
  • Comida ultraprocesada
  • Picos constantes de glucosa
  • Sedentarismo
  • Horarios caóticos
  • Sueño insuficiente

Este no deja de ser un estilo de vida que genera una inflamación metabólica silenciosa que dispara el riesgo de padecer diabetes.

Los síntomas que anticipan el problema (pero rara vez se relacionan con el azúcar)

Antes del diagnóstico, el cuerpo envía señales:

  • Cansancio que no se va
  • Hambre constante
  • Dificultad para concentrarte
  • Antojos dulces después de comer
  • Visión borrosa intermitente
  • Sueño que no repara

Y cuando la diabetes ya está avanzando, aparecen los tres síntomas clásicos:

  • Poliuria → orinas demasiadas veces
  • Polidipsia → sed intensa
  • Polifagia → hambre que no se sacia

Si aparecen juntos, no hay que esperar: hay que hacer una analítica.

El papel del intestino: microbiota y glucosa están conectadas

Las investigaciones actuales muestran que una microbiota alterada genera inflamación y empeora la respuesta a la insulina. Por eso la fibra, las legumbres, las verduras, el descanso y la reducción de ultraprocesados son tan eficaces para prevenir picos de glucosa.

Las bebidas «sin azúcar» no siempre ayudan

Aunque las consumamos, porque sabemos que no aportan calorías, generan dependencia al sabor dulce y pueden alterar la microbiota. No elevan el azúcar directamente, pero mantienen el círculo del dulce, dificultando el control metabólico.

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La diabetes no solo altera la glucosa: altera los vasos del corazón y el cerebro

El exceso de glucosa daña primero los capilares más finos del cuerpo. Por eso aumenta el riesgo de:

  • Ictus
  • Infarto
  • Retinopatía diabética
  • Deterioro cognitivo

No es solo una enfermedad metabólica: es una enfermedad vascular silenciosa. Por este motivo insisto en la importancia de acudir al optometrista y oftalmólogo a realizar revisiones periódicas.

¿Se puede revertir? Sí, si se actúa en la fase inicial

La evidencia es contundente. En los primeros años, la diabetes tipo 2 podría frenarse, revertirse o entrar en remisión mediante:

  • Pérdida de peso progresiva
  • Ejercicio regular (especialmente fuerza)
  • Reducción de ultraprocesados
  • Sueño reparador
  • Alimentos que no disparen la glucosa
  • Menor frecuencia de picoteos
(Foto: Piluca Barrau)

El músculo es clave: cuanto más se mueve el cuerpo, mejor utiliza la glucosa. ¡Ojo en la menopausia! Es muy importante controlarlo. En definitiva, la diabetes no empieza con el azúcar alto… comienza cuando el cuerpo deja de responder bien a la insulina.