El plan detox que puedes hacer en casa y deja atrás los excesos del verano
La vuelta tras el verano puede ser algo pesada, tenemos que comenzar eliminando esos excesos y lo que hemos acumulado de más en nuestro cuerpo con un plan detox. Aumentar de peso no es algo que deba volvernos locos, siempre que esté dentro de valores saludables, no tiene por qué ser un hecho preocupante. El punto a tener en cuenta es que los excesos del verano pueden pasarnos factura más allá del simple hecho de coger kilos, por lo que hay que hacer un plan detox para la vuelta de esas maravillosas vacaciones.
El haber renunciado a hábitos saludables, o haberlos dejado un poco al margen, puede tener consecuencias que conlleven cansancio físico, deterioro de la piel e incluso un mal funcionamiento del organismo debido a la sobrecarga de excesos. Además, ese aumento de peso, que puede ser imperceptible a la vista, puede llevarnos a sentirnos pesados o hinchados, haciendo que el malestar corporal sea la tónica dominante de nuestro día a día. Por eso, ahora que hemos vuelto a la rutina, es la ocasión perfecta para comenzar un plan detox con el que combatir los excesos del verano y volver a la figura que teníamos antes de vacaciones.
Beber mucha agua
Puede que durante el verano hayamos sentido preferencia por otros líquidos a la hora de saciar nuestra sed, pero nada mejor que el agua para refrescarnos y reajustar nuestros niveles de toxinas. Los expertos recomiendan beber alrededor de dos litros de agua al día, lo que hará que, demás de eliminar toxinas, estemos hidratados. Un consejo para regular el organismo es tomar un vaso de agua templada justo antes de desayunar.
Elabora un menú equilibrado
Es un hecho que la buena alimentación, durante el verano, pasa a un segundo plano. Aunque el calor hace que las ensaladas y las sopas frías se conviertan en los platos más demandados, la falta de rutina hace que nuestra alimentación se descompense un poco. A veces preferimos picar lo que sea antes de sentarnos a pensar un menú, pero ahí está la clave si se quieren combatir los excesos del verano. Es recomendable plantear qué comidas se van a realizar durante toda la semana, teniendo en cuenta que deben estar todos los nutrientes y que su presencia debe ser equilibrada. Eliminar proteínas e hidratos de carbono no es la solución, hay que saber combinarlos con otros nutrientes.
Sustituye el café por té
Es cierto que una buena taza de café para empezar la jornada laboral es la mejor aliada, pero ahora es el momento de buscar nuevos y más saludables aliados, por ejemplo, el té. Hay que evitar aquellos que sean de sabores, por su alto contenido en azúcar, y es preferible que sean orgánicos. Lo bueno de esta bebida es que no sólo es perfecta para el desayuno, también se puede tomar a media mañana o por la tarde y nos va a ayudar a depurarnos y eliminar toxinas.
Incorpora fruta y fibra a la dieta
En muchas ocasiones, el mal tránsito intestinal hace que nos sintamos más abultados o hinchados. No estamos procesando de manera satisfactoria todo lo que ingerimos y eso se traduce en sensación de malestar. ¿Cómo remediarlo? Es bastante sencillo, sólo hay que añadir a nuestra alimentación habitual alimentos con un alto componente en fibra. Es el caso de la fruta, que es un alimento que los expertos recomiendan comer unas cinco veces al día. Ciruelas, peras, higos, manzanas…cualquiera de estas frutas es buena.
Practica deporte
Si el organismo no consume aquello que ingiere, tiende a almacenarlo. No hace falta volverse loco haciendo deporte ni recurrir a prácticas extremas. Sólo hay que incluirlo en nuestras rutinas habituales para que, de forma natural, el cuerpo se vaya desprendiendo de aquello que le sobra. De esta manera, además, estaremos favoreciendo el correcto funcionamiento de algunos órganos y evitaremos dolencias que son consecuencias de permanecer demasiado tiempo sentados.
Evita alimentos procesados
Dicen que un dulce no amarga, pero es mejor elegir el tipo de dulce. Y quien dice dulce dice cualquier alimento que a simple vista nos entre por los ojos. Si vamos a ingerir alimentos ricos en grasas, de esos que consideramos casi un pecado, es preferible que sean naturales. No es que desterremos para siempre de nuestra dieta el chocolate, es que vamos a evitar comer aquel que esté procesado. No sólo por su elevado número de calorías, sino por todas las sustancias químicas que contiene y sus terribles consecuencias en nuestro organismo.