Cada uno nos enfrentamos a los momentos de estrés de una forma diferente, y en parte es por nuestra genética. Hay ciertos genes que desempeñan un papel fundamental en la determinación de nuestras respuestas a diversos estímulos. En definitiva, cada uno reacciona de una manera diferente. Para conocer un poco más sobre ello, charlamos con Guillermo Pérez-Solero, fundador y CEO de ADNTRO, que nos explica cómo el estrés puede afectarnos.
A los que no hayan escuchado hablar de la empresa, ADNTRO es una start-up española que nos permite conocernos mejor a través de test genéticos personalizados. Muchas veces no sabemos cómo ciertas situaciones pueden repercutir en nuestro cuerpo e intentamos identificarlas. En el panorama de la genética humana hay genes que desempeñan un papel relevante en la determinación de nuestras respuestas a diversos estímulos. Uno de ellos es el gen COMT, muy relacionado con los rasgos de comportamiento, cuyas variantes pueden determinar si somos «guerreros» o «preocupados».
El gen COMT es conocido por su papel en la descomposición de la dopamina es un neurotransmisor asociado al placer y la motivación.
A través de nuestro ADN podemos conocer varios aspectos propios y, según nos cuenta Pérez-Solero, «gracias a los avances científicos, ahora podemos obtener una valiosa información a partir de una muestra de saliva, lo que permite conocer en profundidad lo que nuestro ADN dice sobre aspectos como la ancestría, la nutrición y el deporte, la personalidad, la farmacogenética y las predisposiciones y protecciones frente a enfermedades, en un solo análisis completo».
Hasta hace no mucho tiempo, no sabíamos que la genética tenía una estrecha relación con el estrés e incluso la dopamina y esta área emergente se encuentra en investigación y en pleno auge. ¿El motivo? El ADN no cambia, pero situaciones estresantes que nos puedan alterar llegan a afectar a nuestra genética y debemos tener un conocimiento sobre nosotros mismos.
«Gracias a los avances en genética aplicada, estudiamos que algunos genes, como el COMT (Catecol-O-metiltransferasa) y el SLC6A4 (transportador de serotonina), juegan un papel clave en la manera en que nuestro cuerpo y mente responden a factores estresantes. Estos descubrimientos sugieren que, aunque el estrés es una respuesta adaptativa, algunas personas tienen variantes genéticas que las predisponen a reacciones más intensas o prolongadas», nos cuenta el CEO de ADNTRO.
El estrés, dentro del mundo de la medicina, se trata como una causa externa que surge a raíz de situaciones difíciles e incluso por estados de tensión con respecto a ciertos acontecimientos. Existen variaciones genéticas que pueden incrementar la susceptibilidad a desarrollar condiciones como ansiedad, depresión y trastornos de sueño cuando una persona se encuentra en situaciones de estrés crónico. Además, si esto se prolonga en el tiempo, nuestro cuerpo puede desarrollar inflamaciones y bajadas de defensas, lo cual puede derivar en enfermedades autoinmunes.
Es importante conocernos más y ver cómo el estrés puede influir a nuestra genética, así que pruebas como esta nos ayudan. «Nuestra prueba permite identificar ciertos marcadores genéticos asociados con la susceptibilidad al estrés, como las variantes en los genes COMT, SLC6A4 y BDNF (Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro)», cuenta Guillermo Pérez-Solero. Además, añade, «Aunque algunas personas tienen una predisposición genética que puede hacerlas más vulnerables al estrés, esto no significa que su destino esté determinado por sus genes. La respuesta al estrés resulta de una interacción compleja entre genética y ambiente. Factores como el estilo de vida, el apoyo social, la educación emocional y las experiencias personales también desempeñan un papel crucial en cómo una persona maneja el estrés».
Esto no se puede plantear como un remedio, pero sí una forma preventiva de saber la reacción del cuerpo. Si tenemos ese conocimiento, podemos adoptar medidas y adaptarnos a un nuevo estilo de vida, para que la genética no se vea afectada. Es una comprensión que puede mejorar nuestra salud y la calidad de vida, además de prevenir enfermedades. En definitiva, pruebas como estas no determinan nuestro futuro genético, pero como nos cuenta el CEO de ADNTRO, «La prueba ayuda a cada individuo a gestionar su bienestar emocional de manera informada, comprendiendo que su genética no define su destino, sino que le da herramientas para tomar decisiones proactivas en su vida diaria».