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El entrenamiento al que más mujeres se suman y quema más grasa

Foto: Technogym

La tendencia del entrenamiento de fuerza tras su época dorada en los años 80, regresa con fuerza, sobre todo en el género femenino. De hecho, además de las sempiternas razones estéticas ligadas a la definición muscular y al aspecto físico, las causas de este retorno se encuentran en el bienestar físico y en una mejor calidad de vida. Desde un punto de vista médico, el entrenamiento de fuerza aumenta la densidad ósea, la resistencia y la textura muscular, mejora el metabolismo, la postura general, el estado de los ligamentos, tendones y articulaciones, la salud cardiovascular y nerviosa, ayuda a equilibrar la composición corporal (masa magra/masa grasa/masa muscular). Hoy te contamos el por qué del resurgimiento del entrenamiento de fuerza entre el género femenino y sus beneficios. 

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La tendencia del entrenamiento de fuerza

El entrenamiento de fuerza -o entrenamiento de resistencia- es esa macrocategoría del ejercicio anaeróbico que implica la actividad muscular para oponerse a una carga externa.

El mecanismo básico del entrenamiento de fuerza consiste en utilizar la fuerza muscular para luchar contra una resistencia: pesas, mancuernas, kettlebells o cualquier equipo de gimnasia específico para determinados grupos musculares. Con constancia, el resultado final es un músculo más grande y más fuerte que se ha adaptado al esfuerzo.

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Reduce el riesgo de lesiones

Ni que decir tiene que trabajar la fuerza es especialmente importante para los deportistas, ya que reduce en gran medida el riesgo de lesiones y mejora todo tipo de rendimiento, incluso el no estrictamente relacionado con la resistencia, haciéndole más rápido y más atlético, contribuyendo también en gran medida a la recuperación después de una lesión y al reacondicionamiento físico.

El entrenamiento de fuerza ha trascendido el ámbito de los deportistas de élite y se ha hecho un hueco en los entrenamientos cotidianos del gimnasio gracias a la adopción generalizada por parte del público con entrenamientos en intervalos de alta intensidad (HIIT) y entrenamientos funcionales.

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Esta evolución representa una democratización de los ejercicios centrados en la fuerza, ya que personas de todos los niveles y formas físicas aprovechan sus beneficios transformadores, antes reservados a los atletas profesionales.

El entrenamiento de fuerza y la perdida de peso

Los últimos estudios científicos también destacan la importancia del entrenamiento de fuerza para perder peso. Si hasta hace un tiempo se creía que las personas que querían adelgazar tenían que dedicar horas a sesiones cardiovasculares, el panorama médico y del fitness moderno dice que incorporar el entrenamiento de resistencia en el proceso de pérdida de peso es fundamental.

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Este tipo de entrenamiento es un gran protector de la masa muscular magra y un poderoso estímulo para su crecimiento, contrarrestando la masa grasa. Esto ocurre tanto a través de la propia sesión de ejercicio como a través del afterburn (calorías que el cuerpo sigue quemando después de hacer ejercicio).

Tercera edad

No es de extrañar que entrenar la fuerza del cuerpo también sea fundamental para el grupo demográfico de la tercera edad (>70), ya que es la forma más eficaz de combatir la tendencia natural y específica de la edad a la debilidad corporal, ligada a la pérdida de masa muscular.

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Añadir sesiones de entrenamiento de fuerza moderado/leve -prescritas por un médico y guiadas por un entrenador- a las rutinas de las personas mayores disminuye esencialmente la probabilidad de lesiones y les permite llevar una vida activa, durante más tiempo.