Caligrafía japonesa, una de las mejores vías para meditar
Probablemente hayas escuchado en más de una ocasión las siguientes frases: «No soy capaz de concentrarme para dejar mi mente en blanco y meditar«. Este pensamiento es muy común en nuestra sociedad, y es que la meditación cada vez se está convirtiendo en un ejercicio más beneficioso para todos. Quien lo prueba, y lo consigue, comprende la verdadera importancia de permitir al cuerpo un estado de relax y evasión total ¡muy necesarios! Y teniendo en cuenta el ritmo de vida al que estamos sometidos, así como la cantidad de estímulos que recibimos cada día, te proponemos una forma: practicar shodō. El arte japonés de la caligrafía que podría ayudarte a meditar.
Se trata de una de las disciplinas que más influyen en la cultura japonesa y muy difícil de perfeccionar. Cuando somos pequeños, aprendemos a copiar símbolos para reproducir letras y formar palabras. Pero, en cuanto conseguimos aprenderlas, dejamos de perfeccionarlas y, por tanto, esta actividad pasa al olvido. Lo cierto es que la caligrafía abarca épocas y está demostrado que benefician a la salud mental e incluso física.
Dedicar un poco de tiempo a practicar esta actividad que requiere de algo de paciencia es fundamental. No importa si hablamos de caligrafía japonesa o china, ambas son un arte. En Japón existen varias escuelas especializadas en el shodō. También podemos encontrarlo en algunas exposiciones y escuelas japonesas.
Ha llegado a alcanzar la categoría de arte basado en los principios de la filosofía zen. Se trata de un ejercicio de pureza y sensación especial del momento presente que cultiva y fomenta la paciencia a través de la relajación, la prestación de atención y la sensibilidad. Al igual que la meditación, la mente queda en blanco sin pensamientos que distraigan para dejar volar la imaginación.
Cómo practicarlo
Esta rama de la caligrafía nace de una costumbre milenaria china que los monjes budistas japoneses importaron de allí. Como tradición ha perdurado hasta nuestros días, los materiales con los que practicarla son importantes. Un pincel de bambú, un tintero que contenga tinta china de barra, un pliego de papel de arroz y un pisapapeles, son fundamentales.
El shodō, también conocido como ‘escritura hierba’, se trata del estilo de escritura que otorga máxima libertad al trazo.
Materiales necesarios:
- Pincel de bambú o Fude
- Tintero o suzuri
- Barrita de tinta o sumi
- Papel de arroz.
- Pisapapeles o bunchi
Meditar ayuda a calmar la mente. Nos permite concentrarnos en el presente, apartar nuestros pensamientos y conseguir claridad y control sobre nuestras reacciones y respuestas. Así, los beneficios sus beneficios a través de la caligrafía, por ejemplo, nos ayudan a dormir más profundamente.
Un día, la terapeuta Mariluz Panadero, CEO del proyecto ‘Escuela de luz’, compartió conmigo una reflexión que no me dejó indiferente y de la que estoy segura que todos podemos aprender. Explicó que el ser humano tras cualquier periodo de tensión, necesita, para lograr el equilibrio, un espacio de absoluta calma donde el organismo se recupere. Ponía el ejemplo de un león: que corre con toda su fuerza y activa su alerta de peligro pero, en cuanto esta toca su fin, el animal reposa durante horas sobre la hierba en absoluta calma. Nosotros, somos ese león y necesitamos recepcionar y regalarnos ese olor a hierba y a tranquilidad y la meditación es una de las claves. Practicar la caligrafía shodō podría ser una de las mejores opciones para conseguir meditar.
¿Podías imaginarte que la caligrafía te ayudaría a meditar?