Organizar una boda no es algo sencillo. Y poder celebrar diez años ofreciendo a los novios la excelencia en cada evento es todo un hito que pocos conocen mejor que las hermanas Marta y Elena González en Finca Los Prados. Conlleva el equilibrio de entorno y servicio únicos, tan difíciles de conseguir. Un legado con historia, carácter y autenticidad. Con ellas hemos hablado sobre qué hace única una finca, cómo consiguen mantener la excelencia y qué vamos a ver en las bodas de este 2025. Un adelanto: los novios son lo que más importa.
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Su finca es el recuerdo de su padre, el reconocido torero Dámaso González. Y la finca refleja la elegancia y el carácter de un legado único, con dos espacios diferenciados «donde combinamos tradición e historia con modernidad», nos explican las hermanas González. «Las torres y la plaza de toros son una construcción muy antigua, no sabemos la fecha exacta de construcción, pero detalles como la gran puerta principal data de 1907».
También tiene esos rincones que coronan los álbumes fotográficos. Entre ellos, un pozo interior en el recibidor que recuerda a los patios cordobeses. «Nosotras decidimos reformar las instalaciones pero manteniendo su esencia. Los palomares los reformamos y convertimos en una suite para los novios. Y está adaptada con todas las comodidades».

Si bien su lista de méritos encontró en el 2024 el mejor cierre para una temporada inigualable al ser reconocida con el prestigioso Wedding Award 2024. Tiene de especial que en este reconocimiento son los propios novios quienes votan. Y nadie mejor que ellos para guiarnos a través del ojo crítico más objetivo y constructivo.
En entorno de las bodas está constantemente sometido a cambios, demandas y exigencias. No en vano es el día más importante de una pareja. Y donde el punto diferencial para las ubicaciones que hacen estos momentos únicos están en su carácter camaleónico. «El reto más importante en estos diez años siempre ha sido crear una oferta que nos diferenciara por la exclusividad y la personalización de cada boda». Conseguir que cada evento sea «ad hoc de los novios».

«La prioridad es que los novios disfruten, tanto de los preparativos como del día del evento»
«Los novios siempre son los que menos disfrutan de la boda». No hay enlace en la que alguien no diga eso cuando ve a los novios pendientes de saber si ha salido el catering, si faltan los regalos o si se han hecho al menos diez fotos con cada uno de los invitados. Así que, definitivamente, esa es la frase que se roba el protagonismo en las bodas. ¿Cómo terminar con el mito? «Con mucho trabajo previo» nos explican Marta y Elena. Y teniendo claro que «la prioridad es que los novios disfruten, tanto de los preparativos como del día del evento».

En Finca Los Prados la relación con los novios es directa, de tú a tú, y comienza meses antes de la boda, para conocerlos y asesorarlos. «Nuestro objetivo es que sea su boda soñada y para eso necesitamos reunirnos y hablar con ellos sobre sus gustos, preferencias, temáticas…».
Siempre dejando todo preparado con una «Hoja de Ruta» elaborada por el personal de la finca, «para marcarles los tiempos y que puedan preparar todo con antelación, sin agobios. Así, cuando llega el mes de la boda tenemos todo preparado y pueden disfrutar sin tener la presión y agobio que tienen algunas parejas».

No por albergar un mayor número de enlaces, el prestigio de la finca es mayor. Suele ser por defecto, todo lo contrario. Marta y Elena tenían claro desde un principio que cada evento tenía que ser único. Algo imposible de mantener sin tiempo dedicado a conocer, indagar y consolidar una buena relación con los novios. Y para eso, cantidad no es sinónimo de prestigio. «Siempre hemos buscado dedicarle más tiempo a los novios. Por eso decidimos hacer sólo una celebración al día y sólo durante seis meses al año».
Pese a dejar liberada la finca la mitad del año, su trabajo es un continuo non-stop organizado de la siguiente manera: seis meses de planificación, seis de ejecución. Volvemos a la hoja de ruta mencionada anteriormente, porque en esta reside gran parte de la tranquilidad y el éxito que ambas llevan cosechando durante diez años en Finca Los Prados.
El hecho de que les permite destinar el invierno única y exclusivamente a centrarse en los novios, en conocer sus inquietudes y en dejar todo preparado para la temporada de mayo a octubre. Incluyendo el pilar gastronómico, que en Finca Los Prados internalizan para poder «cuidar hasta el último detalle, adaptando los menús con una amplia oferta de máxima calidad».

«Nos gusta sorprender a los invitados con espectáculos de luz y sonido a la hora hacer las sorpresas de los novios»
Aprovechan los meses de descanso para hacer obras de mejoras, «por lo que presentaremos en 2025 un nuevo espacio para los eventos lleno de vegetación e iluminación que te sumerge en un ambiente acogedor en plena naturaleza», añaden Marta y Elena.
Dejar un espacio abierto a la imaginación para sorprender a los novios y poder regalarles algo que no tenían previsto es parte del carácter de la finca. Al fin y al cabo, ¿cómo puedes conseguir ser único si no te diferencias? En lo que Marta y Elena más disfrutan: «Nos gusta sorprender a los invitados con espectáculos de luz y sonido a la hora hacer las sorpresas de los novios. Este año sin duda el factor sorpresa tiene un papel muy importante».

Y siempre está bien terminar con una anécdota, como la de cuál es la boda que recuerden de forma más especial. A lo que Marta no dudó en responder: «La de mi hermana Elena. Me avisó que se casaban un mes antes, así que fue un reto preparar el evento en un tiempo récord. Resultó perfecta. Con mariachis, mesas temáticas, una decoración romántica y una iluminación llena de velas que hacía todo tan mágico».