La historia del icónico Reverso de Jaeger-LeCoultre diseñado para resistir los partidos de polo
En 1931 se creó un reloj giratorio destinado a convertirse en un clásico del diseño del siglo XX: el Reverso de Jaeger-LeCoultre. El Reverso fue ideado para resistir la dureza de los partidos de polo. Sus sutiles líneas de estilo Art déco y su exclusiva e innovadora caja reversible lo convirtieron en uno de los relojes más reconocibles en todo el mundo. «El Reverso representa nuestro trabajo artesanal en su forma más creativa, imaginativa e innovadora, y ha albergado más de 50 calibres diferentes. Ha sido un excepcional lienzo para la creatividad; increíblemente original, audazmente inconfundible y siempre extraordinario», cuentan desde Jaeger-LeCoultre. Hoy nos remontamos hasta el origen de este emblemático reloj y nos adentramos a estudiar sus magníficas prestaciones.
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El Reverso de Jaeger-LeCoultre, uno de los relojes más reconocibles del mundo
Desde su creación en 1931, el reloj Reverso ha protagonizado muchas historias atemporales, y se ha convertido en el icono de la firma.
El reloj Reverso es realmente original. Es el tiempo imaginado con esmero y maestría técnica. Su diseño exquisito, inspirado en la proporción áurea, cautiva la atención.
Desde su nacimiento, el Reverso ha sido radicalmente innovador, tanto en su concepto fundamental como en la ingeniería del complejo mecanismo que permitía girar y bloquear la caja en su sitio.
El reloj Reverso se creó en el apogeo de la lujosa era del Art déco. Hoy en día, sigue fiel a su elegante sentido de la forma, simbolizando el espíritu de su época. Su equilibrada geometría rectangular y sus agradables líneas limpias realzan los exclusivos gallones horizontales del reloj.
El extraordinario diseño giratorio de la caja y las sutiles asas de la caja parecen fluir hacia la atractiva correa. La caja se ajusta perfectamente a la caja integral, de forma que, a primera vista, nada indica que pueda girarse.
La caja del Reverso, creada a partir de 50 componentes individuales, es la materialización de la elegancia pura. Se trata de una pieza realmente icónica que celebra su legado Art Déco y que siempre se adelanta a su época.
Las variaciones estéticas comenzaron a surgir poco después de su lanzamiento, con esferas de llamativos colores hechas por encargo en intenso color rojo, marrón chocolate, burdeos o azul. El elegante diseño del Reverso ha ido evolucionando con los años, sin perder nunca de vista el diseño que lo convirtió en un icono.
«El reloj Reverso es la síntesis de forma y función, un diseño basado en una idea fundamental: Es reversible, lo que lo convierte en el reloj de pulsera más original de la historia». Lionel Favre, jefe de diseño
Diseñado para responder a una necesidad práctica, la trasera del Reverso es un lienzo en blanco que inspira a los expertos artesanos a expresar sus conocimientos técnicos excepcionales, creando personalizaciones a través de esmaltados, grabados, o pintura en miniatura.
La trasera giratoria de la colección ofrece además la opción de una segunda esfera, lo que brinda una segunda expresión del tiempo a través de una zona horaria secundaria o de la misma hora en otro estilo. De esta forma, quien luce un reloj Reverso, puede adaptarlo a cualquier estilo u ocasión.
Origen del Reverso de Jaeger-LeCoultre
En 1930, el empresario César de Trey se enfrentó al reto de encontrar una forma de proteger el cristal de los relojes que llevaban los jugadores de polo durante los partidos.
La idea que tuvo de Trey fue brillante: una caja que pudiera girarse. Le propuso a su amigo Jacques David LeCoultre producir el reloj, y la pareja contrató a René Alfred Chauvot para que lo diseñara. Y así nació el Reverso.
Desde el principio, la precisión del movimiento y la técnica han constituido el eje central de la meta de la Grande Maison, que se encuentra en el enclave tranquilo y sosegado del valle de Joux, también conocido como el “valle de las complicaciones relojeras”.
Jaeger-LeCoultre
A día de hoy, Jaeger-LeCoultre continúa siendo pionera en el sector de la relojería y una de las pocas manufacturas auténticas que fabrica todos sus relojes en su totalidad, desde la idea hasta su realización, con más de 180 oficios reunidos bajo un mismo techo.
La Manufactura ha patentado más de 430 inventos, de los que la mayoría se han convertido en referentes dentro del mundo de la relojería. Entregada a la creación de las mejores interpretaciones del tiempo, la Manufactura domina las complicaciones más complejas, incluidos el repetidor de minutos, el tourbillon de varios ejes y las complicaciones celestiales.
En Jaeger-LeCoultre, un equipo de investigadores especializados se reúne para intercambiar ideas y rebatir planteamientos con el objetivo de desarrollar creaciones de verdadera vanguardia.
Relojeros, ingenieros y diseñadores, unidos por la pasión que comparten por la relojería, aúnan sus conocimientos para fabricar relojes únicos. La inventiva de la Manufactura ha derivado en la creación de nada menos que 1300 calibres.